España, campeona de Europa de voleibol
El combinado nacional se impone a Rusia por 3 sets a 2 y logra el primer título de su historia
La selección española ganó el oro del campeonato de Europa de voleibol al imponerse en la final a Rusia por 3-2 (25-18, 20-25, 24-26, 30-28 y 16-14). La primera medalla del voleibol español tiene un sabor especial por ser de oro y haberla conseguido ante Rusia y en Moscú, ya que en el anterior Europeo fue esta selección la que cerró las puertas del podio a España. La selección comenzó soñando y jugando de ensueño. Liberados de la tensión y de los nervios de semifinales, los jugadores españoles saltaron a la pista con una clara intención, jugar, apurar sus opciones y "ver qué pasa". En teoría los rusos además de superiores físicamente tenían el factor campo a favor, pero también el peso de la responsabilidad por jugar en casa, ante su público y ser netos favoritos.
España, además, tenía una cuenta pendiente del pasado Europeo, cuando cayó ante Rusia, que muchos jugadores tenían la intención de cobrarse a poco que pudieran. Buenos saques, mejores bloqueos, grandes defensas y efectivos ataques, España lo estaba bordando, mientras que los jugadores rusos eran, prácticamente, meros espectadores del gran partido que estaba realizando España. Rusia nos hizo despertar de repente con un 0-4 de inicio en la segunda manga, que se transformó en un 5-10. Los anfitriones apretaron el acelerador y España se dispuso aguantar el chaparrón. Pero en vez de eso se puso el mono de trabajo y volvió a sus orígenes.
El trabajo, el tesón, la paciencia dieron sus frutos y ante el asombro de los diez mil aficionados rusos, la selección no sólo consiguió empatar a once, sino adelantarse en el marcador (16-14). El pabellón Olímpico de Moscú pareció una tumba, hasta que los árbitros decidieron echar una mano al organizador y no ver fuera un par de balones que salieron al menos treinta centímetros. Estas acciones acabaron de descentrar a España, que acabó perdiendo por 20-25. En el inicio del tercer set Rusia ya había utilizado a diez jugadores en las rotaciones sin que su entrenador, Vladimir Alekno, encontrara el sexteto adecuado para reconducir la situación hacia sus intereses.
Polémica arbitral
España con su equipo base prácticamente inamovible, siguió a lo suyo, al bloqueo-defensa al límite y, en ataque, a buscar la lentitud de los altísimos centrales. Guillermo Falasca, especialmente acertado en ataque, fue la mano ejecutora de España y una auténtica pesadilla para Rusia. Con 11-9, los árbitros volvieron a tirar de la ayuda local. Las protestas de los españoles de nada sirvieron, salvo para descentrase. El empate a 20 dejó las espadas en todo lo alto. España bajó primero la suya (24-21), pero Rusia, apoyada en sus auténticos misiles en el servicio, pudo hacer cinco puntos seguidos, llevarse el set y poner a la selección al borde del abismo.
Con casi todo en contra, incluido un 2-6 en el marcador en el inicio del cuarto set, Andrea Anastasi, seleccionador español, pidió tiempo muerto para pedir un último arreón a sus jugadores y que no se dejaran arrastrar por el abismo. Los chicos de España volvieron a dar muestras de su trabajo, profesionalidad y ''testiculina'' y consiguieron empatar a 8. El Olímpico era una caldera a presión y cada punto local era un éxtasis colectivo.
Triunfo final
Con el 13-16, cualquier selección habría tirado la toalla, pero España no y volvió a ponerse por delante en el marcador, 18-17. Y aunque Rusia y los colegiados no perdonaron una, la selección consiguió la igualada a dos, con 30-28 de parcial y Rafa Pascual en pista por lesión de Kike De la Fuente. Con 5-2 favorable a España en el desempate, la tensión se podía cortar. Con 7-3 y 8-4, rozábamos el oro. Con 10-5 el corazón quería salirse del pecho. Lo mismo que con el 14 iguales. España, lejos de amilanarse, se creció hasta el infinito y cerró el partido en 16-14.
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