El presidente del Granada 74 inicia una huelga de hambre

Carlos Marsá, presidente del Granada 74 CF, que la próxima temporada militará en Segunda tras haber comprado la plaza del Ciudad de Murcia, ha iniciado una huelga de hambre ante las puertas del Ayuntamiento de Granada, para protestar contra la negativa del consistorio a que su equipo juegue en Los Cármenes.

Marsá, que ya protagonizó por distintos motivos dos huelgas similares en los años 1993 y 1995, ha acusado al alcalde de Granada, José Torres Hurtado (PP), de "mentir a la ciudadanía" y de no dejar al 74 jugar en Los Cármenes "por un capricho personal". El dirigente, que según ha indicado "vivirá y pernoctará" en la Plaza del Carmen "hasta que vaya para Los Cármenes o para arriba muerto", también ha iniciado una recogida de firmas que enviará al presidente del PP, Mariano Rajoy, al que hoy ha mostrado en una pancarta de gran tamaño, junto a una "carta abierta".

"Puede que no gusten las formas, pero con las que hemos utilizado hasta ahora fijaos cómo nos ha ido. No daño a nadie, me daño a mí mismo", ha dicho Marsá para justificar su decisión. "Lo que están haciendo es bochornoso, en mes y medio no nos han recibido y se está perjudicando desde todos los puntos de vista a la ciudad", ha explicado el presidente del Granada 74. El dirigente fue más duro aún al afirmar que "no nos dejan jugar por criterios particulares. El alcalde miente y hay que pensar muy mal de todo esto, y más si está por medio José Julián", empresario que es presidente del CB Granada y enemigo irreconciliable de Marsá.

Marsá toma esta medida, pese a que el 74 ya tiene un principio de acuerdo para jugar en Motril la próxima temporada, aunque el dirigente aclaró que "el día que yo estuve allí para hablar con ellos, bajaron Sebastián Pérez, presidente del PP en Granada, y José Julián Romero, y su planteamiento es hacer desaparecer al equipo". "Me fío de Motril y del concejal de Deportes, Antonio Escámez, pero el tema hablado es que nos acepten y que cuando falten tres días nos echen para dejarnos sin campo y en la calle para que desaparezcamos", ha concluido Marsá.