El Getafe busca el colofón de una temporada épica
Getafe y Sevilla pondrán la guinda a una temporada de éxitos para ambos con la historia del lado nervionense
Todo está preparado para la cita: Pantallas gigantes fuera del estadio, cobertura mundial del evento, trenes de cercanías decorados con motivos getafenses y mucho optimismo por parte de los dos rivales. "Las sensaciones son muy buenas y estamos deseando llegar a Madrid para meternos en el partido y disputarlo. La afición será el jugador número doce también en Madrid. Nosotros vamos a las finales con la idea de ganarlas, y si el Getafe va con toda la humildad, nosotros también. Es cierto que a nosotros las copas europeas nos han dado más caché, pero favoritos en las finales nunca hay. Eso hay que demostrarlo en el campo", ha declarado Puerta.
La esperanza también se viste de azul para la cita, y el jugador del Getafe, Dani Güiza, saldrá al césped con el aliciente personal de superar al delantero azulgrana, Javier Saviola, como máximo goleador de esta edición copera. Güiza, pieza clave en el rompecabezas de Schuster para los laureles de su equipo en los duelos contra Valencia y Barcelona, tendrá la oportunidad de igualar los siete tantos marcados por el barcelonista e incluso de superarla.
El Santiago Bernabéu acogerá un duelo futbolístico con tres contendientes: El Sevilla, uno de los equipos que más en forma ha estado en la Liga, el Getafe, la revelación de la Copa del Rey, y la historia, que, por antigüedad, avala como favoritos a los nervionenses. Pese a una sequía de títulos reales que dura ya 59 años. El conjunto de Juande buscará su cuarta corona que ayude a olvidar su bronce liguero y concluya una temporada de grandes conquistas; el de Schuster, grabar su nombre en el palmarés de la competición y cerrar su paso por la Copa habiendo destronado a Valencia, Barcelona y, si gana mañana, al Sevilla.
Por lo pronto, los madridistas ya han rozado la historia cumpliendo el sueño de estar en una final tres años después del estreno en Primera. Una quimera que podría volverse proeza si el Sevilla, que ya ha ganado tres títulos (1935, 1939 y 1948) y ha perdido dos finales (1955 y 1962), olvida su balance de goles y victorias y tropieza con el empuje getafense en el coliseo blanco.
Con todo, la final será un choque de fuerza y frescura; es decir, el delirio finalista del combinado que preside Miguel Torres contra el sistema de rotaciones (tan sólo Palop y Dani Alves lideran el minutero de juego muy por encima de sus compañeros) de Juande Ramos, que ha permitido alargar el rendimiento de sus jugadores sin sacrificar resultados.
Sin embargo, el colofón de una victoria dejaría al Sevilla al borde de un agosto frenético en cuestiones de calendario. El conjunto hispalense tendría que retomar la competición en seis semanas para encadenar los partidos de la Supercopa de España, la eliminatoria de la Champions, la primera jornada de Liga y la Supercopa de Europa. Al menos quedará el apoyo de los aficionados. Para la final de mañana se prevé el aliento de 65.000 aficionados, y se estima que no menos de 20.000 hinchas nervionenses se quedarán sin ver a su equipo dentro del estadio madridista.
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