El Levante aprovecha la rendición del Nàstic

El Levante dio hoy un paso hacia la permanencia en Primera División al conseguir derrotar al Nástic de Tarragona, que se mostró rendido en su visita al estadio del club valenciano. Con estos tres puntos y la derrota del Celta de Vigo en Villarreal, el conjunto de Abel Resino logra distanciarse de la zona de descenso a la espera de confirmar esta progresión la próxima semana en Balaídos.

A pesar de la enorme importancia del encuentro de hoy para los dos equipos, sólo el Levante pareció tener claro que el único resultado que valía era la victoria, puesto que el equipo catalán saltó al césped del Ciudad de Valencia sin ambición, con muchas

reservas y autolimitado a buscar contraataques imposibles. En el otro extremo de las sensaciones, el equipo de Abel Resino pecó en los primeros minutos de una excesiva ansiedad, sus jugadores tuvieron demasiada prisa por llegar a la portería rival y eso pudo hacerles perder los nervios de no ser porque se encontraron con un afortunado gol que marcó César Navas en propia puerta.

Si bien es cierto que el Levante llevó las riendas del encuentro desde el minuto uno, que fue el único equipo que quiso jugar al fútbol y que exhibió una gran velocidad con Riga y Ettien en banda derecha, también lo es que volvió a mostrar las mismas

carencias de siempre, la falta de pólvora en los metros finales. El Nástic anduvo muy desordenado durante toda la primera mitad y el Levante pudo haber sentenciado el encuentro al contraataque, pero de todos los que lanzó sólo pudo organizar medianamente bien uno, el que supuso el segundo gol que marcó a trancas y barrancas el ghanés Mustapha Riga.

Con este segundo gol llegó la tranquilidad para los jugadores locales, que empezaron a tocar la pelota con más paciencia y a buscar mejores opciones de ataque hasta el final de la primera mitad. Tras el descanso, el técnico visitante, Paco Flores, trató de revolucionar su equipo y dio entrada a Pinilla y Generelo, con lo que prácticamente ponía sobre el terreno de juego a tres delanteros (Portillo, Pinilla y Gil). Aún así no varió demasiado el guión con respecto a los primeros cuarenta y cinco minutos.

El Nàstic, resignado

El Levante siguió creando las mejores ocasiones del encuentro mientras los jugadores del Nástic se desgastaban corriendo detrás del balón y abusaban de los balones largos en ataque. Ni siquiera la entrada de Rubén Castro, un efectivo más que se sumó al ataque tarraconense, alteró en absoluto el gran dominio local, muy sólido en defensa y que prácticamente manejaba a su antojo la posesión y el tiempo del partido.

El cuarteto formado por Ettien, Salva, Riga y Kapo bailó a su antojo a la defensa visitante con constantes aproximaciones y centros desde las bandas, aunque les faltó precisión para endosar el tercero al Nástic. Durante la mayor parte del segundo tiempo los jugadores del Nástic dieron la impresión de haber tirado la toalla, de haberse rendido, por lo que el partido dejó de tener interés ni emoción.

En los seis últimos minutos del encuentro, el costamarfileño Olivier Kapo a punto estuvo de anotar en dos ocasiones, aunque su lanzamiento desde el vértice del área se topó con el poste, y dos minutos después estrelló otro balón en el larguero al cabecear un saque de esquina. Por el contrario, la primera y única ocasión del Nástic llegó en el minuto 87. Fue para el ex madridista Javier Portillo pero falló de forma inexplicable cuando se encontraba sólo frente a la portería de Molina.

Levante 2 - Gimnàstic 0