Otro pasito atrás
El Atlético sigue sin encontrar su mejor juego y perdió una nueva oportunidad de reengancharse a la lucha por Europa
Las bajas por sanción y lesión le habían dejado muy pocas posibilidades a Aguirre, sobre todo para formar el centro del campo, la zona de contención y creación, así que Jurado formó pareja con Costinha, un dúo inédito y extraño. Arriba si que contaba el mexicano con su pareja titular, Agüero y Torres, los dos futbolistas más importantes del equipo y los dos jugadores que mayor responsabilidad tomaron en el inicio, en especial el nueve, que avisó muy pronto con un par de jugadas de mucha calidad.
Dominaba el Atlético, llegaban Galletti y Antonio López por las bandas, Jurado parecía cómodo en su nuevo rol, y las puntas se movían con sentido y velocidad. El Betis, agazapado tras su doble muro de contención, esperaba su momento, el momento de Robert, su hombre más adelantado, y el de Rivera, un futbolista muy listo y dinámico que podría lanzar con picardía en cualquier momento al delantero brasileño.
Las buenas intenciones duraron veinticinco minutos, lo que tardó el partido en ponerse espeso, trastabillado y aburrido. Un choque sin intensidad. Y eso que era una final. Seguían dominando los de Aguirre en lo territorial, seguía el Betis con su plan, con la zarpa escondida, pero el fútbol seguía sin aparecer y el prometedor inicio era ya un recuerdo desenfocado. Sólo destacaba algún detalle de Agüero, protagonista del único disparo entre palos de su equipo en la primera mitad.
Y así, vista la actitud de los rojiblancos, el Betis fue tomando mayor protagonismo, adelantó un paso las líneas, combinó y usó con mejor criterio el balón y fue comiéndole terreno a su rival, hasta Assunçao dispuso de algún golpe franco con el que dejar al respetable con el corazón en un puño. El Atlético ya sólo llegaba a balón parado, desde la esquina, pero ni así hacía trabajar a Doblas.
Leo Franco, lesionado, dejó su lugar a 'Pichu' Cuellar, Martin Petrov, tras siete meses de ausencia, calentaba en la banda y Fernando Torres comenzaba tan bien como en el inicio de la primera mitad y por fin obligaba a Doblas a trabajar de verdad tras una buena jugada por banda. Salió animoso el Atlético, empujando, acorralando al Betis, quizá consciente por fin de que los tres puntos le devolverían la esperanza europea, el sueño, el objetivo.
Vuelve Petrov; Torres, lesionado
Y salió Petrov, por Pernía, y el Calderón recibió el regreso del extremo búlgaro con una gran ovación. Cualquier cosa nueva podría valer para intentar la victoria, hasta la vuelta de un jugador que sufrió una de las lesiones más graves de rodilla que puede padecer un futbolista. Al rato, Torres tuvo que abandonar el partido con un golpe en el tobillo y el canterano Rufino se fue a acompañar a Agüero.
Salvo las incidencias ya comentadas, poco más pasaba en el partido, que perdía gas de manera alarmante, perdía intensidad e interés. Se temía lo peor, en fin, el atontamiento de siempre, pero llegó la mejor ocasión del Atlético, un remate muy potente de Galletti que rechazó Doblas y que Petrov, con el balón suelto en el área pequeña, no supo remachar a gol. La jugada espoleó a los de Aguirre, que se fueron a por el partido y engancharon sus mejores minutos frente a Doblas.
El Betis ya no asumía ningún riesgo, parecía contento con el empate y defendía con todos sus jugadores. Aún así, volcado como estaba el Atlético, los de Luis Fernández, con futbolistas como Sobis y Odonkor sobre la pradera, siempre podría montar una contra de verdadero peligro. Petrov tuvo la victoria en sus botas, pero tras un buen desmarque y un magnífico control remató por encima del larguero. Lo intentó hasta el final el Atlético, pero poco podía solucionarse ya en los últimos cinco minutos después de tanto tiempo tirado a la basura.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.