La fiscalía de Nápoles reabre el caso 'Calciopoli'
La investigación napolitana ha ofrecido nuevos datos que complementan los revelados por las fiscalías de Turín y Roma
La conclusión de la Fiscalía de Nápoles de sus investigaciones sobre el presunto fraude deportivo cometido durante las últimas ligas italianas, con más de cuarenta personas investigadas, ha reabierto el caso "calciopoli" que asoló el pasado verano al fútbol transalpino.
La vía napolitana es paralela y complementaria a las que en su día realizaron las fiscalías de Roma y Turín y que conllevaron en verano las primeras sanciones por fraude impuestas por órganos de justicia deportiva. En la investigación napolitana, a partir de centenares de interceptaciones telefónicas, han emergido datos nuevos que complementan las realizadas en Roma y Turín. Entre ellos, las dudas sobre posibles manipulaciones en quince encuentros de la Primera División en la temporada 2004-05. Se unen a las ya existentes sobre los veinticinco partidos "bajo sospecha" que figuraban en las investigaciones romana y turinesa. En total, cuarenta encuentros, diez de ellos con el Juventus implicado.
En las investigaciones de Nápoles, supuestamente se habría constatado cómo Luciano Moggi (ex director general del Juventus) distribuyó entre árbitros, jueces de líneas y dirigentes afines casi una treintena de tarjetas de teléfono móvil compradas en Luxemburgo y Suiza, en un intento de evitar la interceptaciones y poder dar instrucciones. Curiosamente, los investigadores napolitanos lograron localizar estos números ya que algunos de los árbitros y jueces de línea emplearon también estas tarjetas telefónicas para llamar a familiares, en lugar de dedicarlas, como se apunta era el motivo, a hablar sólo con Moggi.
Los resultados de las investigaciones de Nápoles están recogidos en 42 carpetas, que contemplan la inscripción en el registro de los investigados a 48 personas, por los presuntos delitos de "fraude deportivo" y "asociación para delinquir". Entre los investigados, 43 personas ya han sido juzgadas y castigadas por la justicia deportiva, como el propio Moggi o el entonces presidente de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), Franco Carraro, y once árbitros.
Los nuevos nombres que aparecen en la investigación napolitana son los del ex director general del Messina, Mariano Fabiani; los árbitros Stefano Cassara, Antonio Dattilo y Gianluca Paparesta; y el linier Marcello Ambrosino. Los resultados de las investigaciones están a punto de llegar al departamento de investigación de la Federación Italiana, que inmediatamente los analizará para estudiar la posibilidad de llevar a los implicados ante los órganos de la justicia deportiva.
A partir de entonces se iniciará una nueva fase de "calciopoli", ya denominada por los medios informativos italianos como "calciopoli-2", que podría traer nuevas consecuencias a la clasificación tanto de la Primera como de la Segunda división. El fútbol transalpino, pues, sigue en vilo.
El pasado verano la primera parte de la investigación se cerró con la inhabilitación de ex dirigentes, especialmente la del cerebro Luciano Moggi, árbitros y jueces de línea, así como con un duro castigo a clubes como el Juventus Turín, Fiorentina, Lazio, Milán o Reggina. Así, al Juventus se le retiró el título de liga conquistado en la temporada 2004-05, no se le concedió el de la campaña 2005-06 , que fue a parar a manos del Inter de Milán. Además fue descendido a la Segunda división con una penalización que, al final, tras los pertinentes recursos, se quedó en los 9 puntos.
El Milán, además de perder unos puntos que le llevaron de la segunda a la cuarta plaza liguera en la campaña del 2005-06, sufrió una penalización final de 8 puntos, el Fiorentina de 15, el Reggina de 11 y el Lazio de 3.
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