La Liga, una posibilidad real

El Real Madrid avanza con pasos torcidos por esta Liga, pero este caminar desgarbado y cansino le ha servido para llegar casi al final del viaje situado en una posición más que interesante e insospechada hace sólo unas semanas. Situado a sólo dos puntos del Barcelona y a uno del Sevilla, el Madrid, respaldado por la confianza que dan las victorias propias y los errores ajenos, está en condiciones de discutir el título a estos dos equipos.

Parece que el campeón saldrá de ese trío, salvo que Zaragoza y Valencia se animen a discutir lo contrario, y cada jornada que nos comemos del calendario está más claro que la Liga la ganará el menos torpe, quien cometa menos errores. Y en ningún sitio ha cometido más errores este Madrid construido por Fabio Capello que en el Santiago Bernabéu. Con una trayectoria impecable lejos de casa, cualquier opción seria de luchar por el título pasa por asegurar los puntos en su estadio.

Al equipo dirigido por Capello le sigue faltando fútbol y en lo que resta de campeonato es evidente que no lo va a encontrar, porque tampoco tiene interés en ello, y sus encuentros en el Bernabéu suelen ser una invitación a la siesta, pero el técnico italiano, al que nunca le han preocupado estos aspectos, tiene al equipo donde quería, en condiciones de luchar por el campeonato.

Capello nunca ha entendido el fútbol como una fiesta, porque para él lo único importante es ganar. Y visto desde ese punto de vista, que espanta a buena parte de la afición del Madrid, que se desespera con la imagen que ofrece su equipo, Capello está ahora más fuerte que nunca. Su fuerza nace de los resultados y se apoya en ellos para justificar todo su trabajo. Es una apuesta a todo o nada, porque si no hay títulos nadie recordará a este equipo de Capello. Pero el Madrid exige más y merece que sus resultados estén acompañados de una cierta estética y buen trato del balón.

Contra Osasuna vivió un día más de trabajo, sin grandes alardes ofensivos, sin mucho virtuosismo técnico, pero esta vez apenas mantuvo una concentración defensiva que no siempre le ha acompañado en esta Liga. Osasuna, que se presentó en el Bernabéu con numerosas bajas, propuso de inicio un partido de toque, limpio, de los que le gustan al Madrid y salvo los últimos minutos de la primera parte nunca perdió la cara al choque. Asustó a los diez minutos, con una volea magnífica de David López a la que respondió de forma espectacular Casillas. Esto sí que no varía. La primera parada en el Bernabéu acostumbra a ser de Casillas.

Diarra, Emerson y Raúl

Superado el primer susto, el Madrid se serenó y a los 24 minutos comenzó a aclarar su futuro en el partido y en el campeonato. Diarra buscó a Emerson dentro del área, el brasileño bajó de cabeza el balón de forma perfecta para que Raúl, que llegaba desde atrás, marcara después de robar la cartera a los centrales. El capitán hizo daño porque arrancó desde donde mejor se mueve, como segundo delantero por detrás de Van Nistelrooy. Otra noticia que dejó el tanto fue que Diarra y Emerson probaron a qué saben los aplausos del Bernabéu. Se movieron a un buen nivel toda la tarde, sobre todo el brasileño, que completó uno partido más que decente y logró que no se añorara a Gago.

El gol sacó del partido a Osasuna, que ya no elaboró con la soltura del comienzo y utilizó casi como único argumento ofensivo los balones largos a Webó. Mandó el Madrid, que cuando se consumía el primer tiempo disfrutó de una clara ocasión. Diarra se animó con otro pase en largo que encontró a Raúl en la banda izquierda. El capitán dirigió el balón al área y Van Nistelrooy, estorbado por Cuéllar, remató por encima del larguero.

El paso por los vestuarios desconcertó algo al Madrid y despertó a Osasuna, que pasó a dominar, a imponer su ritmo y a obligar a los de Capello a concentrar sus esfuerzos en defensa.

El partido acabó por descontrolarse, llegaron las imprecisiones en el pase, pero Osasuna fue incapaz de equilibrar el resultado y el que acabó por sentenciar fue el Madrid gracias a un impecable contragolpe dirigido por Robinho. El brasileño abrió a Higuaín en la izquierda, Ricardo falló, no atrapó el centro del argentino y el balón cayó en los pies de Robinho, que marcó por tercera jornada consecutiva y se confirmó como uno de los grandes responsables de que el Madrid esté en condiciones de luchar por el título. Robinho volvió a completar otro buen partido y la Liga es ahora una posibilidad real para el Madrid.

Real Madrid 2 - Osasuna 0