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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Iniesta convence

Arason, el portero islandés, espléndido todo el encuentro fue sin duda el principal culpable de que España no acabara goleando a Islandia

El terreno de juego del Ono Estadi, con excelente drenaje, absorbió de manera milagrosa la abundante lluvia, hasta cuarenta y cinco litros por metro cuadrado en algunos puntos de la Isla. Aún así, había agua en el césped, el balón se frenaba en algunas zonas del campo y el estado de la pradera iba sin duda a ser determinante en el juego.

El primer tiro con cierto peligro se lo apuntó Islandia y también las primeras entradas duras, merecedoras de tarjeta que Duhamel, el árbitro, no mostró. Pero el despliegue de Sergio Ramos le estaba dando vida a España durante los primeros minutos, se notaba su presencia, su empuje, su envergadura física, que le permitía ocupar muchísimo espacio, y su calidad. De un gran pase suyo nació el primer disparo de la selección, de Villa.

Aparte de la buena influencia del futbolista sevillano, también se estaba enchufando David Villa, que comenzaba a desplegar sus amplios recursos en todos los frentes de ataque e incluso envió un balón al travesaño. Y aunque el campo cada vez estaba peor, cada vez tenía más agua y resultaba más pesado, el resto del equipo, con Silva, Iniesta y Xavi al frente, estaba intentando derrumbar la empalizada islandesa adueñándose del balón y jugando al primer toque. Loable intento que mejoraba la versión del equipo vista ante Dinamarca pero que, dadas las condiciones del campo, se estaba mostrando insuficiente para fundir el blindado de Sverrison.

Islandia no es Dinamarca, juega muchos metros más atrás, tiene menos calidad, entrega la bola al contrario, presiona al rival cerca de su portería y fía su juego de ataque únicamente a Gudjohnsen, triste y solitario toda la velada. Sin embargo, es un equipo de físico imponente que no se incomoda en el cuerpo a cuerpo y que, por lo visto ayer, cuenta con un excelente guardameta; Arason salvó a su equipo en la primera mitad con dos excelentes intervenciones, la primera para salvar un gol en propia meta de Hreidarsson y la segunda, para sacar un disparo envenenado de Villa.

Torres revoluciona el ataque

Angulo por Capdevilla y Fernando Torres por Morientes. Y en el primer minuto de la segunda mitad, posible penalti sobre Torres que quizá no pitó el árbitro porque la caída delantero atlético resultó demasiado exagerada. Pena. De cualquier forma, la entrada en juego de "El niño" revolucionó el ataque de España, que encadenó en apenas diez minutos una serie de claras oportunidades ante un Arason espléndido.

El buen juego, las buenas intenciones, no estaban deparando los goles necesarios para un partido que los de Luis tenían que ganar o ganar. Había que vencer y convencer. Y aunque convencía el planteamiento y el fútbol, la victoria no llegaba. España, volcada, atacando con todo, viviendo en campo contrario, sumaba veinte saques de esquina, otras tantas llegadas claras al área y suficientes tiros a puerta como para tumbar a la defensa más experimentada. Pero el gol no llegaba. Y el portero islandés, Arason, tenía buena culpa de ello.

Faltaban tan sólo quince minutos para el término del encuentro y los nervios, sobre todo los que llegaban desde el banquillo, comenzaban a instalarse en el partido. Hasta que apareció Iniesta, que supo por fin como terminar con la férrea defensa islandesa al culminar una excelente apertura de Villa. Victoria corta pero suficiente para seguir soñando.

Iniesta protege el balón ante Vidarsson
Iniesta protege el balón ante VidarssonREUTERS

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