El Atlético pierde fuelle
Un gol de Diego Milito derrota a los rojiblancos (1-0), que se distancian de la Liga de Campeones
El Real Zaragoza cha conmemorado el inicio de su 75 aniversario regalando una victoria a su afición y lo ha hecho, cómo no, con un tanto de su máximo goleador, el argentino Diego Milito, que ha subido su cuenta hasta los 18 tantos. En el duelo de perseguidores de la zona de Liga de Campeones, el Atlético ha merecido, al menos, no salir derrotado porque jugó mejor que su oponente, pero como el fútbol no conoce de justicia sino de efectividad, ésta ha sido del conjunto aragonés que además ha tenido la virtud de saber sacar adelante un encuentro complicado sin el brillo de otras ocasiones.
El partido a sido nervioso por la importancia de los puntos en juego y el Atlético pareció afrontarlo menos tenso y más suelto que su oponente, que ha dado la sensación de verse afectado del mal de altura, porque durante todo el encuentro supo manejarse mejor ante un Zaragoza que dio sensación de especular cuando tenía el balón tras el primer tanto y que no parecía buscar cerrar el encuentro con el segundo. Los hombres de Javier Aguirre se hicieron con el control del encuentro desde el pitido inicial ante un Zaragoza que parecía contemplar el encuentro en diferido, algo a lo que los espectadores de La Romareda ya están acostumbrados. La fría salida del equipo aragonés a punto estuvo de costarle muy cara, si no hubiera sido por la falta de acierto de los dos puntas rojiblancos que tuvieron dos inmejorables ocasiones para haber abierto el marcador, primero el argentino "Kun" Agüero con un remate ligeramente cruzado en el minuto 3 y, siete minutos después, Fernando Torres en un centro que superó la salida del meta César, pero que la defensa despejó.
El panorama no pintaba nada bien para los hombres de Víctor Fernández que no carburaban, porque su línea de creación adolecía de velocidad en el desplazamiento del balón y, por ello, no era capaz de superar el entramado defensivo de los madrileños. Siempre que los rojiblancos tenían el balón en su poder daban sensación de peligro frente a un Zaragoza atascado, pero como el fútbol es caprichoso en sus formas el Atlético pagó el único despiste que tuvo con el 1-0 en el primer remate local a puerta. Andrés D'Alessandro envió un pase largo a la espalda de los centrales que Diego Milito se llevó para superar a su par con un recorte en el área y, a renglón seguido, batir por alto a su compatriota Leo Franco en su salida. El gol no sirvió de bálsamo para los propietarios del terreno ni palió los defectos que había evidenciado en los minutos anteriores porque su rival continuó dando la sensación de estar más metido en el partido, aunque ya no llegó a la meta de César con la claridad de los minutos iniciales.
Tras el descanso la esperada reacción local, ya clásica en los últimos encuentros, apenas fue de los minutos iniciales y de menor intensidad de lo acostumbrado. Superada esta fase, el encuentro volvió a ser un calco del primer periodo con un Atlético dominando de manera estéril en busca del empate y un Zaragoza que sufría para frenar las aproximaciones enemigas y que perdía la posesión del balón con rapidez porque frenaba sus contraataques. Sin embargo, conforme transcurrieron los minutos, el ataque de los atléticos careció de la fuerza y peligrosidad de los primeros 45 minutos para acabar fundido ante una Romareda que pasó del sufrimiento a la alegría coreando el himno zaragocista tras muchos minutos de silencio.
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