España sigue anclada en la derrota
Los de Juan Carlos Pastor caen ante Croacia (27-35) y se jugarán la séptima plaza contra el vencedor del Rusia-Islandia
La selección española de balonmano tendrá que seguir peleando el próximo sábado por alcanzar una de las plazas que dan derecho a disputar los torneos preolímpicos, tras perder por 27-35 ante Croacia en un choque en el que demostró no haber asumido todavía la derrota en cuartos ante Alemania.
FICHA DEL PARTIDO:
27 - España: Hombrados; Víctor Tomás (6, 1p), Belaustegui (1), Juancho Pérez (1), Romero (2), Raúl Entrerríos (-) y Juanín García (3, 2p) -equipo inicial- Barrufet (ps), Alberto Entrerríos (3), Uríos (2), Garabaya (1), Garralda (5), Davis (2) y Chema Rodríguez (1) 35 - Croacia: Jerkovic; Zrnic (3), Metlicic (4), Balic (9), Lackovic (5), Vukic (5) y Vori (6) -equipo inicial- Alilovic (ps), Kaleb (-), Sulic (3), Dominikovic (-), Vukovic (-), Spoljaric (-) y Valcic (-). Marcador cada cinco minutos: 3-4, 6-5, 8-8, 8-10, 12-14, 12-16 (Descanso) 14-19, 16-22, 19-24, 23-27, 25-31 y 27-35 (Final) Arbitros: Lemme y Ullrich (Alemania). Excluyeron por dos minutos a Balic, Dominikovic y Vukic por Croacia. Incidencias: Encuentro correspondiente a la lucha del 5o al 8o puesto disputado en el Kolnarena de Colonia ante unos 15.000 espectadores.
La presencia en el siete inicial del central Raúl Entrerríos, tal y como ocurrió cuando entró en el partido con Alemania, dotó al ataque español de la continuidad que tanto necesita el equipo nacional, dada la ineficacia que muestra desde el inicio del torneo en el lanzamiento exterior. El jugador del Ademar de León movió con criterio a la selección, que esta vez sí hizo llegar balones tanto al pivote Rolando Uríos, de nuevo espectacular en la línea de seis metros, como a los extremos. Lástima que el jovencísimo extremo Víctor Tomás no estuviera, a diferencia de anteriores días, acertado con los lanzamientos -un penalti y dos disparos fallados-, que permitieron a Croacia tomar la delantera en el marcador.
Sin embargo, los problemas de España no eran sólo un mal tiro ó una mala ejecución, sino la motivación con la que pareció arrancar el partido el central croata Ivano Balic, imparable en los primeros minutos de encuentro. El jugador del Portland San Antonio anotó cuatro de los cinco primeros goles croatas, a los que sumó un par de asistencias, así como algunos que otros recursos más de su amplio y variado repertorio ante los que nada supo hacer el equipo español. España necesitó que Balic bajara un tanto el pistón, así como un par de buenas intervenciones del portero José Javier Hombrados para volver, no ya tan sólo a engancharse en el marcador, sino incluso a ponerse por delante (6-4) casi mediada la primera parte.
Pero la política de relevos de Juan Carlos Pastor no surtió efecto, la salida de Chema Rodríguez por Raúl Entrerríos volvió a atascar el juego ofensivo del equipo español, que comenzó a caer en las precipitaciones -malos lanzamientos- y las imprecisiones -perdidas de balón-, lo que permitió la fuga de los croatas en el tanteador. Con cuatro goles de desventaja (12-16) se marchó España al descanso, una renta demasiado grande para un equipo, el de Juan Carlos Pastor, muy abatido tras lo ocurrido en los cuartos de final ante Alemania. Ni el aliciente que supone el preolímpico, al que España tendrá el sábado una nueva oportunidad de clasificarse, pareció rescatar al conjunto español, que pese a su habitual espíritu guerrillero, pareció desmoronarse en la segunda parte ante la imposibilidad de rebajar rápidamente la ventaja balcánica.
Impotencia
Diferencia que llegó a situarse a los diez minutos de la reanudación en seis tantos (16-22), que permitieron a los croatas afrontar con absoluta tranquilidad el resto del partido. Una tranquilidad tan sólo rota por una doble exclusión de Balic y de Dominikovic, que permitió a los españoles reducir la desventaja a unos esperanzadores tres tantos (22-25), que un nuevo par de errores en ataque hicieron crecer hasta los cinco o seis goles, que llegarían finalmente hasta ocho (27-35). La renta que permitió el seleccionador croata Lino Cervar representar su habitual numérico de solicitar con el partido ya decidido un tiempo muerto a falta de un minuto, para enfado de los jugadores españoles que acabaron bajando los brazos en los últimos segundos de juego.
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