Bandera Iniesta
Liderado por el joven medio, sustituto de Xavi, el Barça vapuleó sin despeinarse al Levski .- Eso sí, se mojó por el diluvio universal que cayó .-Marcó hasta Puyol
El Barcelona acabó y arrancó la Champions con sendos goles. Belletti en París e Iniesta en el Camp Nou contra el débil Levski Sofía. Ya es líder de su grupo y sonríe. Como casi siempre en esta era feliz.
Salieron los azulgranas de buen rollo, con su estrenado UNICEF en la camiseta y todo eso. Y en siete minutos ya ganaban , con gol de punterazo de Iniesta, el líder del juego culé en ausencia de Xavi. Sin el centrocampista, ni Messi ni Márquez, los de Rijkaard no vivieron mal. Solo Angelov (el 20, no el otro) puso en aprietos a Valdés mientras se desesperaba en el palco el presidente del club búlgaro, el histriónico Todor Batkov.
Ciertos problemas atrás sigue teniendo el Barça, no resueltos con el retorno de Puyol, pero su superioridad en el centro del campo y en ataque es tal que tampoco importa demasiados. Sobre todo ante rivales inferiores, todos los que han pisado el templo blaugrana en la presente temporada.
El 2-0, de ese trabajador incansable que es Giuly, dio por cerrada la cuestión antes del descanso, con la tromba de agua como mayor protagonista. Era fácil prever que una remontada del Levski era misión imposible. La segunda parte confirmó pronto este extremo. Y llegó el 3-0, de Puyol al rebañar un lamentable rechace del meta Petkov (¿no sabe que de blanco motiva más al Barça?). Además, los búlgaros ni pusieron barrera en la falta previa que lanzó duro y abajo Ronaldinho. Las facilidades no las perdona el Barça. Este equipazo, no.
Rival espeso
Frente a un oponente espeso, heroico de por sí gracias a su primera presencia en la Liga de Campeones, los minutos pasaron sin demasiada trascendencia. El pueblo pedía más y eso motivación extra sólo podía llegar con el hambre de Etoo y los cambios. El 4-0 fue bonito. Jugada individual del camerunés, que sigue sin festejar los goles con vehemencia, y gol con la izquierda tras pasársela con la derecha. Sobrado. Más tarde, adentro Gudjohnsen (Giuly) y Xavi (Iniesta).
No obstante, el árbitro debió ejercer su condición de juez para acortar un encuentro más que decidido. No debería descartarse esta innovación en Internacional Board: el pitido final antes de tiempo por KO del rival. Ironías aparte, Thuram hizo un penalti no pitado (otra vez Angelov, de lo mejor tras el fiasco del esperado Yovov) y llegó finalmente la manita con un gol firma de la casa de la magia: Ronaldinho.
La lluvia no paraba, en cualquier caso, para aguar la fiesta. El campeón comienza ganando. Como terminó. Con paraguas cantando bajo la lluvia.
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