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Alemania 2006

Desde la grada: Los viejos guerreros nos mandan a casa

Y se calló el ¡Viva España! Y ni nos vamos a Berlín ni si quiera le veremos la cara a Brasil. Enmudeció la grada donde atacaba la selección y el "Alléz les bleus" atronó en Hanóver. Y ni su mal juego previo, ni sus años de más, ni una España triste en juego y ocasiones aparta a Francia de Alemania 2006.

Los abrazos a Zidane y las lágrimas de Cesc

La fiesta era francesa y las lágrimas españolas. Zidane volvía a ser el héroe y el joven Cesc salía llorando del campo. Ni siquiera el consuelo de la frase Jugamos como nunca…, porque no fuimos mejores que Francia. Queda la sensación de otra ocasión perdida y ni siquiera hemos llegado a octavos, donde están los de siempre y Portugal y ese equipo al que goleamos en el debut, Ucrania.

España sólo tenía la pelota

El primer tiempo fue más de nervios que de juego. Dos equipos respetándose demasiado y sin dar la cara ninguno. España la tocaba, pero Francia no corría detrás. España no llegaba y Francia se perdía en los fueras de juego de Henry. España tuvo una ocasión y Francia dos. Y nervios en la grada. Los silencios españoles y franceses los ocupaban los aficionados alemanes, bien haciendo la ola, bien cantando su himno.

Los regalitos de Vieira

Es un francés muy grande y muy listo. Y marca su terreno en el centro del campo, todo lo ancho que es. Si alguien lo ocupa, patadita. Le pitaron cinco en la primera parte, pero dejó regalitos a todos. No vio la amarilla hasta la segunda, después de dejar en el suelo a su compañero en el Arsenal, Cesc. Hasta mandó callar a Luis Aragonés, que protestó un manotazo del francés a Torres. Pero el listo y grande Vieira también nos regaló la sentencia al transformar el segundo gol de Francia.

Un largo suspiro

En las películas siempre dicen que cuando te vas a morir ves pasar la vida ante tus ojos. Esa fue la sensación en el minuto 22. Vimos pasar el partido, la eliminatoria, los sueños y las esperanzas, esfumarse en un segundo. Zidane abrió a la banda y Ribery hizo que el balón se paseara por delante de la portería de Casillas. Contuvimos el aliento y nadie encontró el balón, ni la defensa, ni Vieira ni Henry.

El gol de España

Y de lo que pudo ser y no fue a lo que realmente ocurrió. Penalti a Pablo de Thuram, que marca Villa. Nos envalentonamos sin rematar. Seguimos sin ocasiones, sólo tocando. Y a Francia no hay que darle ni un poquito de oxígeno. Fue curioso ver correr a Villa todo el campo para celebrar el gol directamente con Reina, en el banquillo español.

La desesperación de Henry

El peligro era Henry, pero no marcó. El delantero del Arsenal se perdió en los fueras de juego. Siempre espera el fallo por detrás de las líneas y con algún auxiliar despistado alguno cuela. Esta vez no.

Un león herido

Pero nunca hay que fiarse de un viejo león herido. Y eso era Francia. Enseñó los dientes y con una vez vale. Ribery atrapó un pase de Vieira y rompía el fuera de juego del que no había conseguido librarse Henry y, tras burlar a Casillas anotó un gol que les devolvía al partido. El león sacaba las garras y terminó por devorarnos.

El cumpleaños más amargo

Ni Zidane se retira hoy ni acompañará a Raúl en su cumpleaños. El delantero del Real Madrid ha vivido, con los 29 años, uno de los cumpleaños más amargos de su vida. Siempre recordará el día que Francia nos eliminó del Mundial de Alemania.

Cissé en la grada

El delantero francés Djibril Cissé se está perdiendo el Mundial de Alemania 2006 por una grave lesión. Cissé se rompió la tibia y el peroné de su pierna derecha durante un partido amistoso de preparación que su equipo ganó a China por 3-1. Hoy, con muletas y escayola, pudimos ver al delantero del Liverpool en la grada de Hanóver.

Esta vez no hubo talismán

El Príncipe don Felipe de Borbón y doña Leticia asistieron al partido desde el palco de autoridades del ADW Arena. Esta vez no ejercieron de talismanes y debieron de sufrir de lo lindo al ver perder a España.

Capitanes rivales

Estar en la tribuna de prensa de un Estadio tiene sus ventajas y, una de ellas, es que mientras en las televisiones de todo el mundo todavía se ven anuncios, nosotros disfrutábamos de la llegada de los jugadores a la salida del túnel de vestuarios.

La sonrisa de Raúl, la cara de admiración de los niños que ni se movían de la fila embobados mirando arriba. Al frente de sus selecciones Raúl y Zidane, sin saludarse, a distancia prudente. Son capitanes rivales en un Mundial.

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