El Celta golea y sigue firme en su camino a Europa
El equipo celeste consigue la victoria más amplia de la temporada
El Celta de Vigo dio hoy un paso importante para asegurar su presencia en Europa la próxima campaña al golear al Zaragoza por 4-0 en un partido en el que los célticos batieron también su récord histórico de victorias en una misma temporada en Primera, lo mismo que su técnico Fernando Vázquez, al sumar la decimoctava
El conjunto maño, un equipo ya sin necesidades deportivas ni objetivos por los que pelear, demostró, sin embargo, una actitud inicial más comprometida de lo que su posición en la tabla y su papel de aquí a final de campeonato hacía prever; Eso sí, hasta el primer gol que supuso su tercera derrota como visitante esta temporada (hasta la fecha era el menos batido fuera de casa).
Enfrente un Celta que sí busca con empeño el premio a una buena temporada, tal y como se encargó de recordarle la grada por momentos, pero al que le costó lo suyo hacerse con el partido, hasta el filo del descanso y que sentenció ya en la segunda parte; De hecho, fracasó en su intento inicial de dar un golpe de mano al mismo pues a pesar de tener tímidamente el balón y el control del juego, no fue capaz de llevar el peligro ante la puerta de un Zaragoza sin complejos que jugaba al contragolpe y con balones largos buscando la velocidad y la capacidad de desborde de sus atacantes Milito y Ewerthon.
Es más, la primeras oportunidades claras de gol llegaron de los pies visitantes, primero de Oscar al rematar un pase raso de Ewerthon desde la banda derecha y que Pinto atrapó con una providencial mano en el minuto 16 y después de Ewerthon en un disparo alto desde fuera del borde del área; La respuesta del Celta, un intento de vaselina de Canobbio, también alto.
Así, la incapacidad de los locales para asestar un golpe de mano al partido, (tan sólo dos disparos entre los tres palos en la primera media hora), y la falta de control en el medio campo, en donde se perdían balones con excesiva facilidad, propició que el Zaragoza se creciese por momentos tocando la pelota con cierta fluidez y ganando en atrevimiento.
Y justo cuando se cumplía la media hora, apareció el remedio a los incipientes males locales, con un gol de Canobbio culminando un contragolpe iniciado por Oubiña quien puso el balón en profundidad para que un desafortunado Fernando Baiano, con el punto de mira torcido desde hace tiempo, se estrellase en el mano a mano con Cesar, cuyo rechace aprovechó el mediapunta uruguayo del Celta para establecer el 1-0.
Este gol facilitó mucho las cosas al conjunto local, que lo dio por bueno hasta el descanso. No así en la reanudación, en la que el Celta no tardó ni un minuto en marcar el gol de la tranquilidad, el segundo de la noche, y que dejaba el partido casi sentenciado; La jugada fue fruto de una salida en falso de Cesar que dejó la pelota muerta en los pies del canario Silva quien pasó a su compañero Jorge Larena para que éste marcase a placer.
Pese a las mínimas consecuencias del resultado para el Zaragoza, los aragoneses no entregaron el partido, de hecho Milito gozó de una muy buena oportunidad de recortar distancias sólo un par de minutos después del tanto celeste en un potente disparo. A ponerle una pizca de emoción contribuyó también Baiano, empeñado en pelearse con el gol.
El paso del tiempo, sin embargo, hizo mella en la moral de los maños, que se fue diluyendo con el cronómetro, con lo que sólo alguna acción aislada levantaba los aplausos como un disparo de Sergio García, que acababa de entrar, desde el medio del campo que Pinto, segurísimo como siempre, desvió a saque de esquina.
A falta de quince para el pitido local, Fernando Vázquez sustituyó a Baiano por Perera, quien en su segundo balón marcó el tercer gol de Celta rematando de cabeza el saque de un córner que de paso le sirve para reivindicar un puesto en el once titular.
Un minuto más tarde Canobbio llevó el 4-0 al marcador y con él, el delirio a una afición que sacó del baúl de los recuerdos su himno "A Rianxeira" e incluso se atrevió tímidamente con la ola, ambas reservadas sólo para las grandes noches.
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