_
_
_
_
Crónica:FÚTBOL | 31ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Getafe humilla a Osasuna

La efectividad del cuadro de Schuster hace perder pie al navarro, triste y fallón

La escuadra navarra, que se había encomendado a una victoria para afianzar su plaza en la Liga de Campeones, cayó rendida ante una mejor lectura del partido por parte de los pupilos de Schuster, que prorrogan un curso más su contrato en la élite futbolística. Primero, a balón parado, en lo que Osasuna más está flojeando a lo largo de la temporada, y luego, tras un garrafal error defensivo, los azulones destrozaron el choque. El resto, contragolpes y una efectividad casi plena, sirvió para convertir el marcador en algo escandaloso.

Además, los locales presentaron la peor presencia anímica del curso. Demasiado tensos, un punto inseguros y tristes, el equipo pamplonés mantuvo el control del choque durante el primer tramo, pero sin aprovechar las ventajas, como un cabezazo fuera de Webó, muy desafortunado, con todo a su favor. La superioridad se convirtió en su castigo. A partir de ese momento, el Getafe resultó meridianamente mejor, más completo e inteligente, con una pegada extrema y mucha presencia física. Es decir, todo lo que le faltó a Osasuna.

Los de Aguirre regalaron el encuentro con un error en los marcajes. La jugada más vieja del fútbol, un saque de esquina, peinado en el primer palo y rematado desde atrás en el segundo, se convirtió en una ecuación de tercer grado para la zaga. Paunovic, solo, cabeceó a placer. Sin tiempo para reaccionar, la defensa se armó otro taco, esta vez al sacar la pelota. Presión mediante, un intento de pase de Josetxo se convirtió en una asistencia a Gavilán, que golpeó con fuerza. Ricardo rechazó y Vivar Dorado, con plena comodidad, marcó el segundo gol.

Quedaba una ocasión para que el partido no muriese, pero la fortuna no quiso saber nada de Aguirre ni de sus jugadores. Webó, en el descuento de la primera mitad, intentó aportar algo de emoción, pero remató desastrosamente desde el borde del área pequeña. Con Milosevic transparente, el ataque de Osasuna pecó de inocencia y el conjunto lo notó en extremo.

Tras el receso, el equipo navarro trató de enmendar la plana. Al ataque, con tiros como los de las escopetas de feria, siempre desviados, los de Schuster se frotaron las manos. Aparecieron muchos espacios, el centro del campo navarro terminó por perder presencia (Raúl García erró como alma en pena) y, a la contra, la velocidad de los getafenses resulta mortal. Paunovic, otra vez, resolvió sin estridencias ante Ricardo con un disparo raso que se coló entre las piernas del meta. Diez minutos después, Pernía empujaba la pelota tras un pase de la muerte de Gavilán, que culminaba una jugada trenzada y veloz. Ya no hacía falta más. A partir de ahí, el voluntarismo de los locales, empeñados en maquillar el tanteador, fue una loable muestra de esfuerzo.

Mariano Pernia celebra su gol contra Osasuna.
Mariano Pernia celebra su gol contra Osasuna.REUTERS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_