El Deportivo remonta ante un Osasuna carente de ideas
El Deportivo venció cuando se decidió a jugar como visitante, aprovechando el estatismo de Osasuna y apoyándose en la presencia intermitente de Tristán, que en sólo 45 minutos aportó calidad y olfato goleador suficiente para remontar un choque que su equipo tenía demasiado cuesta arriba. Hasta ese momento, el Depor había mostrado un centro del campo demasiado liviano, carente de la responsabilidad necesaria para vertebrar a un equipo serio y cojo por la derecha, encomendada a Víctor. Además, sin Valerón ni Munitis, que siempre enganchan entre líneas, Rubén y Arizmendi tuvieron que trabajar solos para generar ocasiones, desmarcarse y rematar.
Este regalo fue aprovechado por Osasuna, que supo apoyar a sus medios centro. Milosevic se sacrificó y generó los mejores momentos de fútbol del encuentro, que comenzó disparatado. En los siete primeros minutos, Rubén y Víctor perdonaron dos goles claros mientras que Delporte a punto estuvo de marcar tras el bote de una falta que nadie, ni siquiera Molina, tocó.
Demasiado loco para el juego que exhiben Osasuna y Depor habitualmente. El choque se templó con largas posesiones por parte navarra. La tensión comenzaba a resultar tan excesiva que agarrotaba la capacidad ofensiva de ambos conjuntos y favorecía la calidad o la picardía personal. Delporte, en el tramo más insulso, botó muy rápido una falta, David López la puso al primer palo y Romeo, con sutileza, la tocó para que se colase rozando un palo.
El argentino, al borde del descanso, dio otra muestra de calidad, con una vaselina desde 25 metros que superó a Molina pero no las exigencias reglamentarias del colegiado, que vio una falta que ni los deportivistas terminaron de creerse.
Caparrós trató de morder con los dientes de Tristán, aunque fue Sergio, tras la reanudación, el que remachó desde la frontal un rebote y empató el encuentro. El gol animó al Depor y desconcertó totalmente a Osasuna. Tristán marró otra ocasión diáfana al intentar colarla por el palo corto mientras Osasuna se dedicaba a pacer. El descanso no sentó bien a los locales, que perdieron el dominio posicional y velocidad en las transiciones. Valdo, casi tres meses después de su lesión a los pies de Roberto Carlos, reapareció para aportar un punto de dinamismo muy necesario, al igual que Webó. Las ideas no fluían ya por su sistema nervioso y el Depor sabe sacar jugo a estos partidos, aunque ayer le costó más de la cuenta. No se atrevió a lanzar contragolpes y tuvo que ser Tristán, en una jugada personal de extrema calidad, el que colase la pelota desde una posición demasiado escorada como para generar peligro.
El técnico del cuadro gallego optó por aguantar y lanzar algún escaso contragolpe mientras el conjunto navarro se obcecaba en atacar sin demasiada inteligencia, aunque tuvo dos oportunidades al final para conseguir la igualada.
Con el partido anestesiado, los nervios terminaron por hundir a los locales, que siguen sin conocer la victoria en su campo desde el inicio de año.
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