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Crónica:FÚTBOL | 23ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Decisivo 'gol tonto' de Bodipo

En el minuto 57, Bodipo consiguió un gol inesperado. Fue una tontería. Un accidente al que se le pegó a la espalda la mala suerte de Arnau, que recbió, con todas las de la ley, una cesión de Gerardo y tanto se lo pensó que dejó que Bodipo se le acercase tanto como para que el balón golpeado por el portero malaguista le diera en el cuerpo y se fuera a la red. Aquello parecía la guinda anecdótica a un partido que el Alavés había encarrilado con suficiencia bastante antes, dando una sensación de superioridad que se trasladó al marcador. Vamos, un gol de ésos que recuerdan los protagonistas y nadie más cuando hablan con sus descendientes.

Pero el tercer gol del Alavés resultó mas trascendental de lo que parecía. Con el 3-0, tras el gol primero de César Navas en su portería, y el segundo de Aloisi, en Mendizorroza se vivieron los primeros momentos de euforia de la temporada. El Alavés había arrollado a un Málaga todo voluntad, con poco fútbol y nulo acierto hasta entonces. Por una vez, el Alavés tenía el aspecto de una apisonadora, sin lujo pero con rigor, aunque los goles fueran bastante accidentales, como salidos de una novela de intriga. Que si un barullo, que si un descuido, que si un error inesperado...

Pero al Málaga le quedaban arrestos psicológicos para encarar el encuentro. El peligro de descenso obliga y Duda puso la primera guinda en un saque de falta perfecto que se fue a la red de Costanzo sin que el meta argentino tuviera tiempo más que de echar una mirada. El público de Mendizorroza arrugó el ceño en la misma medida que su equipo se arrugó. La apisonadora se quedó sin gasolina y el Málaga, por las urgencias de la clasificación y por el buen criterio de Hidalgo, se fue arremolinando en torno a la portería de un Alavés que definitivamente había dado cuatro pasos atrás. En tiempos de problemas suele haber miedo al éxito. Y el miedo le duró al Alavés hasta el final. En el minuto 90, cuando se anunciaba la tablilla de tres minutos de prolongación, en un saque de falta, Chengue Morales puso su corpachón para quitarse de en medio a Costanzo e Hidalgo resolvió el barullo con un voleón a la red. Una reacción tardía, tras un error imperdonable. Al final, el gol de Bodipo, inesperado, imprevisible, resolvió el partido.

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