El Racing deja tieso al Espanyol

El Espanyol jugó peor que nunca, no remató una sola vez a portería y perdió ante un Racing que defendió bien y aprovechó sus ocasiones de última hora. El fútbol respondió a la lógica de los acontecimientos. El partido iba para un cero a cero, pero en el último cuarto de hora el Racing aprovechó el desbarajuste de la defensa del Espanyol.

La primera oportunidad se la regaló Iraizoz, que se comió el centro enviado desde el córner por Óscar Serrano. Damià resolvió con un remate muy sutil, una demostración de excelente técnica y perfecta visión. Muchos hubieran chutado a romper. El jugador catalán metió el empeine de su pie izquierdo con el gesto preciso para que el balón describiera la parábola exacta para superar el racimo de jugadores metidos en el área y se alojara en la red, cerquita de la escuadra, haciendo inútil el esfuerzo in extremis de Sá por evitarlo. Fue lo mejor de un partido espeso, falto de elaboración de la jugada, de chispa, de remates y de rapidez.

El segundo tanto del Racing retrató el desmoronamiento del Espanyol, que jugó los últimos minutos como si alguien hubiera lanzado la toalla, rendido, sin el espíritu y la fuerza que había exhibido por ejemplo sólo tres días antes cuando remontó en la Copa ante el Deportivo.

Lotina ha instalado en la normalidad los cambios constantes de alineación. El Espanyol continúa compitiendo en tres competiciones y el entrenador considera imprescindibles los relevos que refresquen al equipo. Volvieron Fredson, De la Peña y David García a un equipo titular en el que no estuvo Luis García. De la Peña actuó en la posición de pivote junto a Costa, mientras que Fredson se situó de media punta. Pero el jugador brasileño cometió constantes errores, no consiguió conectar ni con Pandiani, que, lesionado Tamudo, se convierte en la única referencia ofensiva del equipo, ni tampoco con los jugadores que podían abastacer al uruguayo desde la banda, Juanfran y Jofre. El Espanyol no encontró otros recursos porque su defensa flaqueó en varias ocasiones y, falta de confianza, se dedicó a rifar balones, especialmente por los costados, donde Sá y David García no fueron capaces de iniciar una sola jugada.

La labor defensiva del Racing tuvo el doble mérito de estar acompañada por el orden y la ausencia de errores. Preciado consiguió que sus jugadores apretasen donde más daño podía hacerles el Espanyol, por la banda de Juanfran y en la zona de creación del juego donde se desenvolvía De la Peña. Oriol y Alfaro estuvieron al quite cuando Juanfran superaba a su marcador, Ayoze. A De la Peña lo anuló el triángulo formado en la medular por Vitolo, Felipe Melo y Matabuena. Con esas premisas, lo menos malo que podía sacar era el empate. Sucedió que, falló el Espanyol en defensa y Damià y Casquero no perdonaron.

El Espanyol compareció con mucho ímpetu y asedió la portería de Aouate. Pero fue cosa de tres minutos. Jarque no llegó a un centro de De la Peña y el portero israelí pasó algún apuro. El Racing se recompuso y, con algunas correrías de Antoñito, puso en apuros a los centrales del Espanyol, que flaquearon más de la cuenta. El juego careció de criterio y claridad en el centro del campo, escasearon las jugadas ofensivas y, por supuesto, los remates. Lotina intentó dotar de más nervio a su equipo. Metió a Coro y Luis García en el campo y retiró a dos jugadores especialmente desacertados, Jofre y Fredson. Pero el Espanyol no pasó de ejercer un leve control territorial y, a la que falló en defensa, se vino abajo y se ganó a pulso su sexta derrota en Montjuïc, donde esta temporada no levanta cabeza.