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Crónica:FÚTBOL | 23ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Celta cambia de planes

El cuadro de Fernando Vázquez tumba al Villarreal y ya mira a Europa

A la espera de que su fútbol pase de destellos fugaces, el recién ascendido Celta sigue su voraz suma de partidos. Ya no está por la permanencia. Con 39 puntos y asentado en la quinta plaza, el equipo puede desembarazarse de complejos y fijar la mirada en Europa, objetivo en el que se distanció de un Villarreal mediocre. Sin Riquelme, fue el grupo sin alma que se esperaba. El Celta tampoco tuvo demasiada, pero de un partido tedioso supo extraer un penalti que transformó Baiano.

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El mérito del Celta recayó en sus centrales, Lequi y Sergio. El argentino cedido por el Lazio domina todas las facetas del juego con estilo y ya nadie discute una titularidad que le costó encontrar, para complementarse con un Sergio recuperado para el fútbol. Desde el fiasco con el Deportivo, el defensa asturiano parece decidido a enderezar su errática carrera, en la que ha alterado etapas enormes con desastres carísimos. Cada vez escasean más los célebres descuidos de un futbolista que se vuelve a aparecer al que se intuyó en su juventud.

Ya que del ataque céltico no hubo más noticias que el penalti, los méritos fueron para la gente de atrás, que anuló al previsible Villarreal. Como se esperaba, Senna y Josico le pusieron cemento al grupo. Como era de prever, Forlán y Guayre deambularon en una persecución de sombras, sin que Roger acertara a lanzarlos al área. Así planteado, el partido fue un ladrillo insoportable, un nudo en el centro del campo que los jugadores de más talento fueron incapaces de desatar.

Lejos de la creatividad que se espera del Celta y el Villarreal, la tarde se diluyó en un carrusel de imprecisiones que dejó a Pinto y Viera el papel de testigos. Estaba el partido para un error, como el cometido por Gonzalo Rodríguez en su innecesario penalti en un salto sobre el pequeño Silva por un centro intrascendente. Baiano, que, entre lesiones y desaciertos, llevaba un siglo sin marcar, anotó con un disparo flojo que inquietó a Balaídos, pero que puso a los de Vázquez por delante en el marcador.

El gol dejó frío al Villarreal, que careció de ánimo para luchar por el partido. Lejos de ello, siguió con su ritmo lento y deshilvanado, pendiente sólo de la profundidad de Javi Venta y del empuje de Senna. A las habituales lagunas de Núñez, con diferencia el jugador de menor aportación al Celta de Vázquez, se sumaron las de un Canobbio desconocido y las de Silva y Jorge Larena. Sólo Oubiña se sumó al recital de los centrales, aunque los despistes del canterano en la distribución siguen lastrando su incansable potencial destructivo.

Para acabar el partido, Vázquez invitó a los suyos al habitual encierro colectivo de los minutos finales, una práctica que depara sobredosis de nervios a las gradas y unos resultados incontestables al equipo. El Celta achicó agua en el área hasta el minuto final de un partido que, definitivamente, le deja una nueva Liga por delante para los restantes meses de campeonato.

El centrocampista del Celta Jorge Larena pugna por el balón con el defensa argentino del Villarreal Gonzalo.
El centrocampista del Celta Jorge Larena pugna por el balón con el defensa argentino del Villarreal Gonzalo.EFE

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