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Crónica:FÚTBOL | Copa del Rey: Espanyol-Deportivo en semifinales
Crónica
Texto informativo con interpretación

Más polémica, apenas fútbol

El Deportivo elimina al Valencia tras otro penalti discutible en un Mestalla sin público con aspecto fantasmal

Dos penaltis discutibles, uno en Riazor y otro en Mestalla, fulminaron al Valencia en la eliminatoria más caliente de los últimos años. Lo aprovechó anoche el Depor tras un disparo de Munitis y un mal rechace de Butelle. En la lucha por ese balón, Albelda desplazó a Senel mientras disputaban la posición. El penalti lo marcó Víctor. Antes, sin embargo, el árbitro no vio el agarrón en el área de Coloccini a David Navarro tras un córner. Justo la acción que le costó el penalti en Riazor al Valencia tras un enganchón de Carboni. De ahí el enfado de Quique desde el banquillo. En el aspecto fantasmal que presentó Mestalla sin aficionados, apenas hubo fútbol. Ni siquiera emoción.

Pero sí nuevas dosis de polémica para alimentar una rivalidad cada vez más agria cuyo nuevo capítulo, para más inri, se vivirá el sábado en Liga en Riazor.

Sin público en las gradas, era una buena oportunidad para escuchar con claridad las palabras de los jugadores desde el campo, para descifrar sus mensajes, pero no. Lo evitó alguien que, desde el exterior, dijo la calle es mía y se puso a vocear con un megáfono. Contaminación acústica.

Una muesca más en la escalada de despropósitos que han rodeado la eliminatoria. Al contrario de como acabó la media parte interrumpida, con tres defensas tras la expulsión del cuarto (Marchena), Quique Flores optó esta vez por la moderación de prescindir de Aimar para volver a la clásica línea defensiva de cuatro. Entró David Navarro, uno de los agujeros que descubrió el domingo el Zaragoza en Mestalla para cazar un empate (2-2). Angulo tuvo permiso de Quique para liberarse del interior derecho y acompañar a Villa en el ataque. El técnico valencianista quería un fútbol directo, pero no le sirvió de nada: tras recibir el gol de Víctor, el cambio de rumbo necesitaba más tiempo para cuajar.

La convulsa suspensión del encuentro y la posterior batalla en los despachos pareció afectar también al banquillo deportivista, donde Caparrós dispuso novedades contradictorias. La primera fue darle el 8 a Víctor cuando lo había mantenido en la cuneta durante toda la campaña. Elección que, finalmente, resultó decisiva: anotó el penalti. Y la segunda novedad deportivista fue ofrecerle la alternativa al joven Senel, inédito desde septiembre, cuando se lesionó y pasó posteriormente a la plantilla del filial. Curiosamente, él fue sobre quien Albelda cometió el penalti.

El minuto que faltaba para el final de la primera parte transcurrió como un suspiro. Sin tiempo ni de calentar. Un ataque valencianista y nada más. De ahí que los futbolistas se dedicaran a entrar en calor durante el extraño descanso de cinco minutos. Los jugadores de ambos equipos se lo tomaron con cierta calma: les pesaba el exceso de adrenalina quemada en el primer periodo interrumpido. O tal vez se contagiaron de la frialdad de la grada. El público del exterior celebró el primer córner local como si fuera un gran éxito. "Hay que romper, David", le gritó Quique a Villa para que el delantero se dejara caer a las bandas. Ahí se fue y provocó la tarjeta de Manuel Pablo, que lo agarró cuando le enseñó la matrícula. El Valencia se replegó y le dio la iniciativa al Depor, que ejerció, sin embargo, un dominio muy chato. Bombeos al área sin picante alguna. Al menos hasta que Munitis cazó un balón al borde del área, disparó con su derecha y, tras el rechace de Butelle, Albelda empujó a Senel para evitar su remate. El penalti lo marcó Víctor. En su intento desesperado, Quique introdujo a Aimar, a Kluivert y a Fabio, sus tres reservas más ofensivos, para remontar dos goles en un cuarto de hora. Misión imposible. El Valencia atacó con empeño, pero el Deportivo hizo valer su superioridad numérica y se defendió sin agobios.

Víctor celebra su gol, logrado de penalti.
Víctor celebra su gol, logrado de penalti.REUTERS

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