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Crónica:FÚTBOL | 12ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Athletic cae en picado

El Alavés se da un festín en San Mamés y desnuda las carencias del equipo de Clemente

Hoy por hoy, si no fuera por el corazón, el Athletic no sería nada: un grupo amorfo, atolondrado, mal ubicado en el campo, con algunos desplantes al sol y las típicas dosis de mala suerte que suelen acompañar a los perdedores de la película. Si no fuera por el corazón y el público —que viene a ser lo mismo—, es tan poca cosa el Athletic que el Alavés de Piterman no sólo le ganó el partido sino que le ganó en todo: en estrategia, en velocidad, en habilidad, en saber estar, en calidad individual, y colectiva, y en el marcador.

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El Athletic se ha encomendado a Javier Clemente, su viejo icono, que hoy debutaba por tercera vez en el banquillo de San Mamés, para vencer el pánico que se apodera día a día de La Catedral. El rubio de Barakaldo, fiel a su estilo —genio y figura— y acuciado por las bajas que asolan el centro del campo, se sacó a Lacruz de la chistera para que jugase a ratos de tercer central, a ratos de medio centro. La conclusión fue desoladora: el Athletic jugó sesenta minutos con diez futbolistas porque el chico jamás supo qué hacer, sobre todo ante un Alavés que aplicó por igual su superioridad numérica en esa zona y su dinamismo para desdoblarse en ataque.

A Clemente le gustan las partidas fuertes y arriesgadas. Hoy perdió. Pero no fue el único. Murillo vivió la peor tarde de su vida desde que debutó en el Athletic, ridiculizado por Nené, un lujo para el Alavés, que a priori no iba a jugar en beneficio de Bodipo, quien no se recuperó a tiempo. Bueno sí, porque salió al final y marcó el segundo gol. La sangría de los centrales rojiblancos es imparable. No atacan el balón, lo dejan botar para perder la ventaja y no lo saben sacar jugado. Por eso a los seis minutos ya ganaba el Alavés, que se había cosido el balón a la bota gracias a las filigranas de Nené (nunca nadie ha jugado tanto de tacón en San Mamés en los últimos 20 años) y al coraje de Astudillo (que debió ser expulsado, como Yeste, ambos perdonados por un mal árbitro) o la sabiduría de Jandro, siempre bien colocado.

Pero el fútbol tiene paradojas inexplicables. En el peor partido de la década del Athletic, Etxeberria se pareció a sí mismo y dejó dos o tres balones de gol que por falta de costumbre sus compañeros dejaron pasar. Los estadísticos rojiblancos dirán que el Athletic chocó dos veces con la madera (Urzaiz y Prieto) y que Yeste falló un penalti inexistente de Sarriegi.

Pero lo cierto es que el Athletic no carbura, no piensa, y que el Alavés le dió un repaso en toda regla. Desde el portero hasta el delantero centro, todos fueron superiores a los rojiblancos.

Los jugadores del Deportivo Alavés celebran uno de sus goles frente al Athletic de Bilbao esta tarde en San Mamés.
Los jugadores del Deportivo Alavés celebran uno de sus goles frente al Athletic de Bilbao esta tarde en San Mamés.EFE

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