Los colistas se citan en San Mamés
Athletic y Alavés, con una sola victoria en el casillero, se miden hundidos en el pozo
El Alavés nunca gana en Bilbao, el Athletic no ha ganado en San Mamés desde el primer partido de Liga (contra la Real Sociedad). El Athletic es colista y el Alavés, vicecolista. En un banquillo, Javier Clemente, que hoy alcanzará a Juan Urquizu, como el técnico que más partidos ha dirigido al equipo rojiblanco (185); en el otro, Dimitri Piterman, el presidente-entrenador que visita por vez primera La Catedral y se ha batido el cobre toda la semana para alabar al Athletic y granjearse una presencia feliz. Incluso, Piterman solicitó a la Junta del Athletic que adelantara la comida oficial entre ambas directivas para poder atender después a su papel como entrenador del equipo albiazul. Por todo, el duelo vasco se antoja raro.
Rojiblancos y albiazules no eluden hablar de una final en un partido lleno de urgencias y bajas
Antonio Karmona, uno de los símbolos humanos y futbolísticos del Alavés más triunfal, el de Mané, es hoy ayudante de Javier Clemente, tras sobrevivir a la destitución de Mendilibar que le trajo a Lezama. Piterman le quería vender la cantera del Alavés al Athletic y el asunto fracturó momentáneamente las relaciones entre ambos clubes, hoy restituídas. Cuando Piterman destituyó a Chuchi Cos, su actual entrenador, y luego destituyó a Rafael Monfort, su sustituto, Javier Clemente, requerido por los medios, no le hizo ascos a la posibilidad de convivir con Piterman en el Alavés. Ayer, sin embargo, utilizó la ironía para definir el papel del empresario ucraniano: "Siempre ha dicho que le gusta [entrenar] y me parece bien. Y a mí me gusta ser arquitecto y quiero hacer casas. No sé si hay algún país en el que se puedan hacer casas sin título. Aquí no. Pues nada, me aguanto", apostilló.
Piterman, que ha roto interesadamente la ley del silencio que mantiene con los medios, ha gastado todas sus alabanzas con el Athletic por su política de cantera, aunque cuando habla de fútbol, los entrenadores no parecen ser santo de su devoción. Según él, la mayoría de técnicos no cambian ni mejoran un equipo, algo que sólo atribuye a Lotina, técnico del Espanyol, y a Benítez, del Liverpool.
En cualquier caso, demasiadas vueltas de unos y otros para afrontar un partido vital entre los dos colistas de la Liga española. Los futbolistas rojiblancos han asumido y manifestado que se trata de una final. Yeste, Etxeberria y demás pesos pesados del equipo así lo han dicho, porque una derrota agravaría una crisis que empieza a dar miedo en San Mamés. A Clemente no le parece mal que sus jugadores otorguen esa trascendencia al partido. "Ya no tengo que achucharles tanto mañana [por hoy]. Me ha gustado lo de la final porque sé que van a acabar reventados y me gusta", afirmó ayer en Lezama.
Clemente, incluso, agudizó esa confianza absoluta en el equipo, que llegó a confirmar la alineación titular con una novedad importante: la presencia de Lacruz como tercer central, posiblemente por delante de la defensa. Las bajas de Orbaiz e Ibon Gutiérrez, y la presencia de Tiko, aun renqueante de su lesión, le han hecho improvisar una alineación y un esquema nuevos, en el que prevalecen la experiencia, el músculo y la seguridad. Urzaiz volverá a ser titular, Yeste jugará donde le gusta, en la media punta, y Etxeberria, que también retorna, y Javi González (al que el técnico recriminó su masiva presencia en los medios de comunicación), serán los ocupantes de las bandas.
El Alavés, con un punto más que el Athletic y las mismas victoria, -una-, acude a San Mamés con la duda de Bodipo y cuatro lesionados importantes: Mena, Carreras, Arthuro y De Lucas, además de la baja técnica de Téllez, que sigue en proceso de acondicionamiento físico. Para colmo, el delantero australiano John Aloisi se encuentra en paradero desconocido, tras el encuentro de su selección contra Uruguay que le dió el billete para el Mundial de Alemania.
El Alavés viaja en el día a Bilbao por lo que la convocatoria no se conocerá hasta hoy. Su historial en San Mamés no es bueno. Por alguna extraña razón se arruga en esta cita. De hecho ya le costó su clasificación para la Liga de Campeones en la temporada 1999-2000 cuando el Athletic no se jugaba nada en el último partido. Piterman quiere romper la estadística. Clemente sólo le pide a su equipo que juegue "al compás del público".
