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Crónica:FÚTBOL | Undécima jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Un penalti premia a un gran Barça

Un error del árbitro le abre el camino de la victoria al equipo azulgrana, muy superior al Málaga

Tan brillante como estéril con la pelota en juego, el Barcelona alcanzó una victoria más que merecida con un penalti que no era porque Ronaldinho se venció ante la entrada de Juan Rodríguez. El árbitro picó y remató al Málaga, superado de principio a fin y, sin embargo, hasta el momento nunca batido porque Arnau levantó una pared en las dos porterías del Camp Nou en su debut como portero visitante en el estadio. La intervención del colegiado emborronó el marcador y provocó la ira de la tropa de Salva, que se sintió atropellada por el colegiado y estafada por Ronaldinho. La picardía del brasileño redimió al Barça cuando parecía desmoralizado por su propio infortunio y el acierto de Arnau, cuya actuación remitía a la que ya exhibió Bonano en el inicio del campeonato en Mendizorroza, cuando los azulgrana se quedaron en blanco después de un partido igualmente bello.

Ausente Deco, futbolista referente en el ataque y gol azulgrana, Rijkaard empezó el partido con una alineación muy física, de espinazo endurecido y ligera de piernas. Oleguer se situó en el lateral, Márquez retrocedió al puesto de central, Edmilson se ubicó como medio centro, Van Bommel ejerció de volante con el liviano y exquisito Xavi mientras el ligero y profundo Giuly abría el campo por el flanco derecho. No jugaba Messi, protagonista indiscutible del equipo en los últimos partidos, santo y seña del nuevo año, y el Barça se arrancó con un juego que evocaba al de sus mejores días del curso pasado, sobre todo por su presencia intimidatoria en la cancha. Van Bommel asumió el rol de Deco y el Barcelona se desplegó con entusiasmo, poderío y remate, justamente las características que definen al centrocampista holandés.

El Barça contó hasta seis remates de gol por uno del Málaga en poco más de media hora disputada a un ritmo muy alto. Adelantaron y mucho los azulgrana la línea de presión para garantizarse un buen caudal de juego ofensivo y la línea de recuperación funcionaba a una velocidad muy estimable. Iban y venían sin desmayo, percutiendo por la derecha y la izquierda, insistiendo por el centro, alternando los disparos de media distancia con las llegadas al área chica. Antepusieron la verticalidad a la elaboración del juego, y se presentaron repetidamente ante Arnau, que respondió con un surtido de paradas estupendas.

Los delanteros locales constataron que Arnau pasa por un momento de forma espléndido para suerte del Málaga.

Muy puesto y entero, al Barcelona le fallaba el pulso en la definición mientras el Málaga se defendía con faltas tácticas y jugadas de estrategia. Aunque los azulgrana remataron mil veces, los blanquiazules dispusieron de la ocasión más clara a la salida de un córner que Edgard cabeceó fuera sin portero. No podía responder el Málaga al toque de corneta de Salva, porque la vigorosidad barcelonista le llevaba en cada jugada a su área. Animado por el buen funcionamiento del equipo, Rijkaard le quitó un seguro defensivo como Márquez para ganar un medio clarividente contrastado como es Iniesta. Necesitaba el Barcelona un pasador y rematador más para enfocar a Arnau, que siguió dale que te pego, rechazando el cuero, blando o fuerte, siempre muy puesto, por mucho que nunca blocaba la pelota. Ocurría, sin embargo, que tampoco tenía fortuna el Barça en las segundas jugadas que provocaban las intervenciones del guardameta.

Desde el punto de vista azulgrana, el partido demandaba mucha paciencia y un poco de lucidez, sobre todo en el momento de armar el último pase y de tirar a portería, Puesto que Ronaldinho no se atrevia y no marcaba las diferencias, el entrenador recurrió a Messi en cuanto la hinchada se puso a corear el nombre del argentino. La euforia que provoca Messi es hoy proporcional al miedo que inspira Valdés en cada córner. Al equipo le entraron las prisas y se aceleró hasta confundirse por momentos. La retirada de Eto'o, pichichi del campeonato, no ayudó precisamente a serenar el ánimo. Los barcelonistas se enredaron mientras el reloj corría a favor del Málaga, que fue cambiando piezas para refrescarse y también perder tiempo.

Apareció entonces en escena el colegiado y sancionó con penalti una entrada de Juan Rodríguez a Ronaldinho cuando progresaba por el margen izquierdo del área. El brasileño tomó el cuero y firmó el triunfo desde el único punto en que Arnau era vulnerable. Tras 16 remates, necesitó el Barcelona de un penalti para doblegar al Málaga, que concedió un segundo gol cuando ya estaba todo dicho.

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