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Betis 1 - Barcelona 2 | Primera

Eto`o hace olvidar las rotaciones

El camerunés y la expulsión de Oliviera permiten al Barcelona ganar ofreciendo una imagen muy discreta

El plan de las rotaciones sobrevivió. No por el juego, sino gracias al resultado. El Barcelona monopolizó la posesión del esférico, pero su estilo fue muy anodino, excesivamente apático, muy distante de ese juego que enamoraba la pasada campaña. Todas sus acciones eran muy previsibles y la falta de creatividad era latente. Unos problemas que, sin embargo, no afectaron al resultado. Además, enfrente hubo un equipo cojo, disminuido por la temprana y justa expulsión de Oliveira. El Betis, a pesar de conseguir la igualada, no reaccionó y Valdés pasó inadvertido.

El trepidante comienzo del encuentro hizo pasar a un segundo plano el debate de las rotaciones. Penalti, expulsión y goles. Elementos imprescindibles para centrarse en el partido. Era el momento de examinar al nuevo Barcelona. Un derribo de Rivas sobre Larsson era sancionado con pena máxima. Penalti justo, pero Eto`o aplazó el veredicto sobre el 'plan Rijkaard'. El camerunés estrelló el balón en el poste. Una acción que no acusó el Barcelona.

El conjunto azulgrana manejaba el ritmo del partido. Tenía el balón y buscaba los escasos huecos que dejaba libres la defensa bética. Pero sin brillo, muy gris y algunos ya recordaban las ausencias. Un pensamiento que se borró a balón parado. Una falta sacada por Xavi fue rematada por Van Bommel a placer. Un traspiés que se convirtió en mazazo cuando, un minuto después, Oliveira era expulsado tras protestar y aplaudir al árbitro por no concederle una supuesta falta de Belleti. Ahí acabó el partido. El Betis se desestabilizó. Desapareció. Los béticos perdieron la posición sobre el campo, su juego se volvió lleno de imprecisiones y Valdés pasaba inadvertido.

En pleno caos bético hubo una luz. Un espejismo. Una acción para soñar. El gol de Juanito. Un tanto que impulsaba el nacimiento de la proeza. Ganar al Barcelona en inferioridad numérica. Pero ahí se quedo, en un sueño. El Betis no volvió a pisar el área de Valdés.

Rijkaard siguió con su plan de rotaciones. Empate y recurría a Iniesta. El canterazo no mejoró la versión ofrecida en la primera parte, pero el Barcelona recurrió a la pegada para solucionar sus males futbolísticos. Contundencia en ataque y debilidad bética en defensa. Dos elementos que confluyeron para que Eto`o hiciera bueno el 'plan de Rijkaard'.

El camerunés, en apenas diez minutos, sentenció al Betis. Dos goles consecutivos que daban al Barça los tres puntos. El primero, por la escuadra; el segundo en un mano a mano ante Doblas. El cuarto gol de Ezquerro, simplemente, ponía el colofón a una goleada en pleno debate sobre la rotaciones.

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