El Atlético se suicida
El equipo de Bianchi se deja remontar dos goles frente a una Real Sociedad con más orgullo que juego
El Atlético de Madrid fue víctima de su propia naturaleza una vez más. El equipo de Bianchi desperdició una ventaja de dos goles en la primera mitad y se dejó remontar por la Real Sociedad en los segundos 45 minutos. Un suicidio en toda regla que devuelve a los madrileños a sus eternas dudas tras la buena imagen mostrada el domingo frente al Barcelona.
Llegaba el Atlético a San Sebastián más como partícipe del festival de cine que se agota ya en Donostia que como un equipo de fútbol. Tenía Bianchi problemas con los centrales pero aterrizó en Anoeta con todos los focos puestos en sus estrellas, en los capitanes de este nuevo Atlético, en esos Petrov, Torres y Kezman que tan buen aire le han dado al equipo en este comienzo de campaña.
No defraudaron los rojiblancos a las expectativas, al menos en el arranque del encuentro. Favorecidos, eso sí, por una Real en estado vegetativo, plagada de cambios y que no había terminado de superar la goleada sufrida frente al Mallorca. Ante eso, los de Bianchi marcaron el territorio excelso que tan bien parecían ocupar ahora. Una escapada de Petrov por la izquierda dejó en bandeja el primero para Torres en el minuto nueve. Un pase del canterano a Kezman diez después certificó el segundo gol con un gran disparo del serbio.
Pero el Atlético es prisionero de su propia naturaleza sufridora y agónica. ¿Saberse superior a su rival en apenas 20 minutos? Ni por asomo. Eso no es el Atlético. Con más de medio partido por delante, Bianchi dio un paso atrás y decidió confiar el partido a Gabi y a Luccin, a que los medios centro sostuvieran la victoria en espera de alguna contra que terminara de apuntillar a los de Amorrortu.
Remontada de ensueño
Y no es que lo hicieran mal los dos pivotes del eje, es que el Atlético dio tantos pasos atrás que acabó metido en su área pequeña. Así, la Real, con el balón regalado por los rojiblancos y 70 minutos por delante inició su labor de acoso y derribo. Más con el corazón que con juego, la Real comenzó a creérselo y albergó una remontada que en aquel momento parecía un sueño.
Fue Aranburu el que dio el pistoletazo de salida al zafarrancho tras el descanso con un disparo que rozó el larguero. Continuó el asalto Kovacevic, con un tiro raso, tras precioso taconazo de Xabi Prieto, que supuso el primer gol de la Real. Con el Atlético perdido por Anoeta, Nihat puso luz al final del túnel con un certero cabezazo que supuso el empate. Y ya con el pescado vendido y con los de Bianchi pidiendo la hora, Kovacevic puso la firma a una merecida remontada que certificaba, a su vez, el suicidio de un Atlético que fue incapaz de tirar a puerta en toda la segunda parte.
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