Laporta estima justa la decisión de no cerrar el Nou Camp

Joan Laporta, presidente del Barcelona, calificó hoy de justa la decisión del Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) de no clausurar el Camp Nou por los incidentes del clásico del 23 de noviembre de 2002, al entenderla como un reconocimiento a la lucha de su directiva contra los seguidores violentos.

"Se ha hecho justicia en el concepto más amplio de la palabra", manifestó al respecto Laporta, quien se encuentra en Macao con la expedición azulgrana que realiza una gira por Asia. El dirigente barcelonista consideró también que la resolución de la RFEF correspondía también al acierto de su junta al devolver el caso a la justicia deportiva, después de que el club hubiese llevado el caso con anterioridad a los tribunales ordinarios.

Joan Laporta aceptó las molestias que la sentencia puede generar en otras entidades sancionadas con clausura de campo por otros incidentes de público, pero espera que esa sensación de agravio se supere rápidamente. Para contribuir a que se establezcan comparaciones con otros casos similares, Laporta insistió en recordar la lucha contra los aficionados violentos que ha mantenido desde su acceso al cargo y que, incluso, le llevó a recibir amenazas de muerte con pintadas a las puertas de su domicilio particular.

El presidente del Barcelona entiende así que la RFEF ha tenido en cuenta esa postura de 'tolerancia cero' de que ha hecho gala la actual junta desde que se impuso en las elecciones. El caso, sancionado finalmente con una multa de 4.000 euros, se remonta al clásico del 23 de noviembre de 2003, interrumpido por el lanzamiento de objetos al portugués Luis Figo, que había protagonizado con anterioridad un polémico traspaso del conjunto azulgrana al Real Madrid.

A la sanción de dos partidos de clausura le sucedió una modificación de la normativa contraria al cierre de campos de fútbol por este tipo de incidentes.

El Barcelona había recurrido la sentencia inicial ante el Comité de Apelación y el de Disciplina Deportiva, pero se ratificó la decisión de Competición y el club recurrió entonces a la justicia ordinaria.

La vía administrativa suspendió cautelarmente el cierre del Camp Nou y la entidad azulgrana, tras solicitar que se contemplase la nueva normativa aprobada por la RFEF en referencia a la clausura de estadios, devolvió el caso al ámbito deportivo, donde se ha resuelto el conflicto con una multa de 4.000 euros.