El indescifrable y definitivo enigma de la tercera votación

La noche se presume larga en Singapur. Le faltan horas al día para arañar el último voto, para ofrecer el último consejo, la última sugerencia. Tras la declaración institucional realizada por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero en el cuartel general de Madrid 2012, la actividad institucional ha parado de puertas para afuera, pero se mantiene febril tras los picaportes dorados.

Las líneas básicas son claras y así las expuso el presidente del Ejecutivo. "El de Madrid es un proyecto cuajado, es el que mayor apoyo popular tiene y posee un valor añadido, el del respeto profundo al medio ambiente". Madrid 2012 cuenta, además, con el factor de la Reina Sofía, ensalzada tanto por Zapatero como por Juan Antonio Samaranch Salisachs, uno de los dos miembros españoles, junto a la Infanta Pilar, del Comité Olímpico Internacional.

Como buen conocedor del movimiento olímpico, Samaranch lo tiene claro: "Es muy difícil para Madrid organizar los Juegos, pero no es más fácil para el resto de candidaturas". Una dificultad que parece haber quedado resuelta con el último ensayo general de la exposición de este miécoles. Una prueba de la que todos los presentes han salido más que satisfechos. Sin soltar prenda, pero advirtiendo de que serán 50 minutos muy atractivos y espectaculares.

Madrid, la última

Madrid expondrá la última, lo que en principio puede ser beneficioso para la candidatura, ya que conocerá las propuestas de última hora realizadas, por este orden, por París, Nueva York, Moscú y Londres. No obstante, todas las delegaciones tienen claro que el primer voto de cada uno de los miembros está decidido y que la batalla se concentrará después.

En concreto en la tercera votación, después de que, según los cálculos hayan caído Moscú y Nueva York. Es esa tercera ronda un enigma indescifrable y que puede ser definitivo. Los corrillos apuntan que, con el colchón que marcan los 35 votos, París, Londres y Madrid llegarán a ese punto en el que la capital francesa pretende ganar por mayoría absoluta. No hacerlo y pasar a una cuarta votación contra Londres o Madrid sería muy peligroso para sus intereses según los entendidos. Y ahí está el nudo gordiano para Londres y Madrid, el que enlaza la tercera votación con la posible victoria final.