Federer se adjudica su tercer Wimbledon consecutivo al ganar en la final a Roddick

El tenista suizo Roger Federer se ha adjudicado su tercer triunfo consecutivo en Wimbledon, tercer Grand Slam del año , al imponerse en la final al estadounidense Andy Roddick por 6-2, 7-6 (7/2) y 6-4. El número uno del mundo se ha convertido en el primer tenista, desde el mítico sueco Bjorn Borg en la década de los ochenta, en vencer tres años seguidos sobre la hierba londinense.

Pero aún no ha llegado a la marca absoluta de Borg (cinco veces ganador) y de Pete Sampras (siete). Cerca de cumplir 24 años tiene tiempo de superarlos. Hoy ha dejado atrás sin contemplaciones al cuarto jugador del mundo, que algún día tendrá su oportunidad en Londres, seguramente. Andy Roddick, finalista también el pasado año, ha tenido que aceptar con resignación el poderío del que es ahora el mejor. "Quizás tenga que pegarle un puñetazo o hacer algo para poder ganar aquí algún día", ha bromeado con la bandeja de subcampeón en sus manos.

En una hora y 41 minutos, con una interrupción por la lluvia de 24 minutos, cuando ya se había apuntado las dos primeras mangas, Federer ha hecho simple lo difícil, mágico lo complicado, lo que a otros les cuesta sudores y lágrimas. Y hablando de lágrimas, también hoy se ha emocionado y ha llorado al ganar por tercera vez consecutiva en Londres recordando que es humano, y que aún vibra con una victoria, aunque sea la 21ª final consecutiva ganada, su octavo torneo de la temporada, su triunfo 36º seguido en hierba y el título 30 de su carrera.

El último punto ha sido una demostración de la humanidad de Federer. Golpe ganador con su saque después de haber logrado en ese juego dos aces (11 en total), y el suizo ha caído de rodillas, ha rodado por la pista y se ha tapado la cara con las manos. Después se ha levantado y se ha fundido en un abrazo con Roddick. Luego ha levantado los brazos al público que desde la grada le veneraba.

Ya tiene el suizo cinco títulos grandes: Abierto de Australia (2004), Wimbledon (2003, 2004 y 2005) y Abierto de Estados Unidos (2004). Sólo se le resiste la tierra rojiza de Roland Garros, donde este año cayó con justicia ante el español Rafael Nadal en semifinales. Pero en hierba la mezcla de poder y precisión de Federer está todavía a años luz de los demás. Hoy ha sido una completa exhibición la del suizo, que ha destrozado a Roddick, un jugador que ha ganado 32 partidos en césped, venciendo a todos, excepto claro está, a la raqueta número uno del mundo, que le ha derrotado en esta superficie en dos ocasiones.

El balance final de Federer ha sido demoledor: 11 saques directos, 49 golpes ganadores y únicamente 12 errores no forzados. Y una exhibición, precisa, mágica y devastadora con su revés, especialmente el cruzado, de resto, con el que ha barrido el saque del de Nebraska, que tan sólo tuvo una ligera oportunidad de cambiar el sino del partido cuando se puso por delante en el segundo set 3-1.