El CSKA reescribe la historia
El CSKA de Moscú se convierte en el primer equipo ruso que gana una competición europea
El CSKA de Moscú, otro de los clubes que no da un paso sin que lo sepa Roman Abramovich, ha hecho historia al convertirse en el primer equipo ruso que gana una competición europea. El Sporting, destinado a levantar la Copa, se vio superado por su condición de local y por la ansiedad y dejó escapar un triunfo que tuvo al alcance de la mano.
Jugar la final de una competición europea es complicado, pero hacerlo en tu propio estadio es algo casi imposible. Sólo en siete ocasiones había sucedido antes. El Sporting que entrena José Peseiro, el que fuera ayudante de Carlos Queiroz en el Real Madrid, no estaba dispuesto a pasar a la historia como un equipo que perdió una final de la UEFA en su campo y salió decidido a acabar con el encuentro en los primeros minutos. Prescindió de los momentos de tanteo habituales en estos choques y avasalló a un CSKA demasiado asustado y tímido. Apoyado en su fortaleza defensiva, el Sporting se hizo con el control absoluto de la situación y tan sencillo le debió parecer llegar hasta la victoria que sus futbolistas terminaron cayendo en la precipitación, en el error.
Los rusos se quitaron el susto de encima al cuarto de hora, cuando vieron cómo Beto cometía un claro penalti a Alexei Berezovski cuando éste se disponía a cabecear una falta sacada por Carvalho. El árbitro Graham Poll miró para otro lado y el CSKA se decidió a plantar cara a los portugueses. Pese a lo visto en el moderno José Alvalade, no es tanta la diferencia que hay entre los dos clubes.
La decisión le duró al CSKA el tiempo que tardó el Sporting en asumir de nuevo su condición de favorito. El trabajo de Rochemback, la claridad de Moutinho, la movilidad de Liedson y la inteligencia de Pedro Barbosa tuvieron su premio cuando Rogério recuperó el balón en el borde del área rusa y batió a Akinfeev con un fuerte y colocado disparo. Magnífico gol que premió al conjunto que más confió en sí mismo.
Pero el CSKA todavía pudo cambiar el signo del encuentro. El croata Olic dejó a Vágner Love solo delante de Ricardo y el brasileño, con todo a favor, se precipitó y remató fuera.
El paso por los vestuarios sentó bien al CSKA, que no tardó en mostrar el carácter que le había faltado. Ignashevich desequilibró dentro del área con un manotazo a Liedson, que cayó en difícil postura, y los portugueses advirtieron que su rival había cambiado. La inocencia ya no tenía cabida en este choque, que se abrió de una forma tan inesperada como incomprensible para el Sporting. El control que había ejercido hasta entonces se convirtió en precipitación y desconcierto y el CSKA supo jugar sus bazas. Liderado por el genial Daniel Carvalho, un brasileño que ve un fútbol que no alcanzarán nunca a imaginar sus compañeros, dio la vuelta al resultado y se convirtió en el primer club ruso en ganar una competición europea.
Una falta sacada por Carvalho fue convertida en gol de cabeza por Alexei Berezovski. A partir de ahí el Sporting se equivocó y se lanzó de forma ilógica a un ataque desesperado y absurdo. Aún quedaba mucho partido y lo que consiguió con esa errónea táctica fue descomponerse en defensa, lo que agradeció el CSKA para matarle al contragolpe. Otro sensacional pase de Carvalho lo convirtió Zhirkov en el 1-2 y un saque de portería de Akinfeev lo terminó rematando a puerta vacía Vágner Love. Unos segundos antes, Rogério había rematado al palo a puerta vacía. En esas dos acciones estuvo un título que se le escapó al Sporting por un exceso de ansiedad y precipitación. El deseo de vencer terminó por convertirse en el peor enemigo de Peseiro y sus futbolistas.
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