El Mallorca se lleva un duelo de colistas
Los de Cúper se aferran a sus escasas opciones de permanencia
El Mallorca ha mandado un S.O.S. en Los Pajaritos y, con su triunfo, al menos se aleja del último puesto y mantiene el pulso con el Racing, aunque con un muro de nueve puntos de por medio. Queda una jornada menos y el Mallorca tiene la permanencia muy complicada, aunque peor es para el Numancia, firme colista pese a su denodado esfuerzo en cada encuentro.
El Numancia se ha llevado a los puntos el primer tiempo. Ha actuado con garra e ilusión, virtudes que no han aparecido en el bando de un Mallorca anestesiado, con cara de perdedor y cuerpo de Segunda División. Las ganas de los locales se han quedado sin recompensa en estos primeros 45 minutos. Pero no ha sido por insistencia, ni por ocasiones ante la meta contraria. Incluso los nervios han atenazado inesperadamente al buen meta que es Moya, que en un par de acciones de guantes blandos casi se marca contra su portería. Los de Máximo Hernández, que ha motivado a su plantilla lo suficiente para no arrojar aún la toalla, se ha emplazado a la reanudación para lograr su objetivo: abandonar el farolillo rojo de la clasificación de Primera.
Sin embargo, se ha producido un vuelco total en la reanudación por parte del Mallorca, de la mano de Campano, que ya había lucido casi en solitario durante el mal primer tiempo de los mallorquinistas. Ha sido él mismo quien se ha escapado por la derecha y su centro lo ha rematado de cabeza el canterano Víctor.
Máximo y sus muchachos, tras el buen desempeño anterior, veían ahora como un rubicón remontar y soñar con la permanencia. Peor aún con el 0-2, el que ha liquidado la cuestión y ha certificado el renacimiento visitante. De nuevo, Campano. Y el gol, de un veterano ilustre, Iuliano. Con el marcador así, más las noticias del triunfo del Racing en A Coruña, Los Pajaritos ha sentido la melancolía de que ya no hay salvación posible aunque las matemáticas lo digan. El golazo con la zurda de Merino, eso sí, le ha dado emoción a la recta final del encuentro, que ha podido tener otro signo si hubiera logrado el empate Palacios. Ese impulso agónico también ha sido una especie de premio al esfuerzo numantino.
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