Etoo y Ronaldo, el hambre y las ganas de comer

Ronaldo y Etoo. El gol debería pasar por ellos este domingo en el Santiago Bernabéu, aunque el primero, el brasileño de oro, no pasa por su mejor racha. Anclado en el tanto de Mestalla, a Ronaldo le llueven críticas del público del Bernabéu, que siempre le ha exigido el máximo. Y él siempre se ha entregado a tope para seguir cumpliendo con su misión: marcar, marcar y marcar.

El mejor delantero del mundo, campeón del mundo en Japón y Asia 2002, se medirá al mejor atacante africano, Balón de Oro de su continente y estrella confirmada en un grande como el Barça. Sus 20 goles (o 21, según le den o no un gol de rebote a tiro de Deco, más cuatro en Champions) lo han elevado a la condición de acierto de la temporada.

Si la campaña pasada, el Madrid dejó pasar el tren Ronaldinho para subirse al expreso (luego cercanías) Beckham, este verano permitió el traspaso de su cincuenta por ciento del Mallorca al Barça. El madridismo lo ve ahora como un error clamoroso, por la explosión de fútbol, goles y alegría del camerunés, que parece asentado además personalmente. Maduro, en definitiva, para liderar al Barça favorito al título.

Su hambre de gloria, tras pasar por un Madrid que todavía no creía en él, el Leganés, el Espanyol y el Mallorca, la ha demostrado en el campo de juego. Como 9 o como 11, desde el principio achicó a Larsson y luego a Maxi. No puede tener competencia en el banquillo culé. Es indiscutible, el mayor temor del Bernabéu, donde acostumbra a anotar (tres goles con el Mallorca) y a dejarse sentir, como cuando hizo el gesto "no os oigo" como dirigido al palco. Ya en la ida, en su primer duelo ante su ex club, Etoo abrió el melón del clásico al robarle la cartera al dueto Roberto Carlos-Casillas.

Ronaldo, varado

Ronaldo también ha sido eficaz cuando ha jugado ante el Barcelona, club en el que alcanzó su confirmación de sucesor de Di Stéfano, Pelé, Cruyff y Maradona en una campaña, la 96/97, apoteósica, con goles no replicados jamás como el conseguido frente al Compostela en Santiago. "Ha vuelto Pelé", tituló AS aquél gol de eslalom al equipo de Caneda.

Frente a los azulgrana, sólo ha jugado tres partidos de cinco posibles. Y sus balones han besado las redes dos veces. En el 1-1 del ejercicio 2002/2003 y el 1-2 de la campaña precedente con el que el Madrid acabó con su plaga bíblica, vencer en el Camp Nou.

Pero ahora el panorama es distinto. Señalado por su 'enlace amoroso' con Daniela, sus problemas familiares, su peso, sus retrasos o sus broncas con la afición, sobre el brasileño ha caído la sombra de la duda. El club lo sustenta con alentadoras declaraciones de buenas intenciones. Los delanteros aguantan la sed gracias al maná del gol. Y ahí Ronie se ha quedado por el camino. Sólo 12 tantos (más tres en Champions), el último que data del 5 de marzo. Postes, porteros y fueras de juego le han dejado varado. Qué mejor escenario que el clásico para que irrumpa en el área de Víctor Valdés como una manada. Para cerrar debates.