Victoria de España frente a China (3-0)

Pocas conclusiones podrá sacar Luis Aragonés después de este amistoso contra la débil e inocente selección China. El que mejor aprovechó el partido fue De la Peña, que por lo demostrado en Salamanca merecería ser titular contra Serbia. Si el pelado no juega en Belgrado, el choque contra los chinos no habrá servido definitivamente para nada.

La utilidad de los partidos amistosos como éste contra China es un misterio que sólo los técnicos de la Selección o el tesorero de la Federación deben saber. Quizá se jueguen para comprobar la fidelidad de los aficionados, que si son capaces de acudir a estos partidos serán capaces de soportarlo todo. Futbolísticamente sirven para bien poco, salvo para hacer debutar a algunos jóvenes o permitir a los chinos que vean de cerca a futbolistas con los que no se podrán enfrentar salvo en la fase final de un Mundial. Si ésta es la Selección que debe vencer a Serbia en Belgrado es probable que los futbolistas españoles tengan más vacaciones en el verano de 2006.

Los aficionados que desafiaron a la lluvia y llenaron el Helmántico apenas pudieron ver nada positivo y sí a un conjunto con demasiadas dudas, puesto en evidencia con demasiada frecuencia por los limitados chinos en los balones aéreos. Ausentes Raúl y Valerón, De la Peña asumió la iniciativa en ataque y en los primeros minutos conectó bien con Joaquín. De una de esas combinaciones nació el primer gol de España. Un pase de Joaquín a Luque terminó en un dudoso penalti que transformó Fernando Torres. Xavi, con la colaboración de la barrera, logró el 2-0, que pudo haber llegado antes si el árbitro no hubiera acertado al anular un tanto a Pablo por fuera de juego de Torres. Todo lo demás que se vio en la primera parte fue prescindible.

Luis cambió la cara de la Selección en el descanso y durante algunos minutos se vio una rapidez en el movimiento del balón y una movilidad en los futbolistas inexistentes durante el primer tiempo. Reyes abrió el campo por la izquierda como no lo había hecho Luque, Mista se ofreció más que Torres, Orbaiz le dio mejor salida al balón que Albelda y De la Peña, el mejor con diferencia del partido, encontró en Valerón a un socio con su misma imaginación, aunque quien mejor interpretó al pelado fue Joaquín. Un pase del cántabro fue convertido en gol por el bético con una magnífica vaselina desde fuera del área. Fue lo mejor del partido, que bien se pudo acabar ahí, porque no dejó más detalles para disfrutar. Si acaso un mano a mano que salvó Casillas, con el oficio de un veterano o un disparo al larguero de Luis García, que por fin pudo debutar con España. La parte negativa la protagonizó Del Horno, al que una dura entrada le obligó a terminar el partido cojeando.