El Betis abusa del Numancia
El equipo sevillano golea 4-0 y afianza sus opciones en Europa
Muy poco ha hecho el colista para hacer frente al Betis. Comenzó con rabia, pero se fue diluyendo minuto a minuto hasta que desapareció por completo del campo. El Betis se encontró con una goleada más fácil de lo esperado y la rentabilizó al máximo. Sólo el individualismo fallón del mago Oliveira evitó algún tanto más en el tramo final del encuentro.
El Numancia no es un mal visitante, aunque sus números no digan eso: sólo ha conseguido un punto lejos de los pajaritos y fue la semana pasada. Pero siempre da guerra a sus rivales a domicilio, o por lo menos lo intenta. Ese fue el comienzo ante el Betis. Antonio, Miguel Pérez y Tevenet anunciaron que no venían de comparsa a Sevilla. Pero, en el minuto 15 el Betis pegó primero. Juanito a la salida de un corner marcó de cabeza. El capitán bético ganó en el salto la tímida salida de Álvaro Núñez en el borde del área pequeña.
No contentos con eso, los verdiblancos siguieron buscando el segundo. Llegó de mano de una de sus mejores armas: las faltas del brasileño Assunçao. Golazo del centrocampista que conectó uno de sus trallazos por encima de la barrera con destino a la escuadra derecha. Álvaro Núñez rozó el balón aunque no pudo desviar su trayectoria. Y como al perro flaco, ya se sabe... a falta de cinco minutos se queda con uno menos por la expulsión de Otxoa y falla, por si fuera poco, no una ocasión sino tres ocasiones claras en la misma jugada: Pineda de cabeza al palo, y en el rechace Tevenet a las manos del portero por dos veces. Hay que verlo para creérselo. Sobre todo porque poco después Joaquín hizo una exhibición para enseñar a la grada del Ruiz de Lopera lo que es un pase de la muerte con arte. Oliveira no desperdició el regalo.
El cuarto no se hizo esperar. Oliveira no tardó ni dos minutos en sacar su magia para dejar plantada a la defensa castellana y salvar la salida del portero cruzando el balón. El Betis se estaba desatando y esta salida del vestuario, con hambre de gol, hacía prever una goleada de escándalo. Oliveira tuvo muchas ocasiones para que fuera así. Pero se obsesionó con el tercero, con llevarse el balón a su casa y se olvidó de la generosidad poniéndose el individualismo por montera.
Los béticos bajaron la intensidad del partido, o mejor dicho de las ocasiones. El encuentro lo siguieron controlando, entre otras cosas, porque el Numancia estaba totalmente el la UVI. Y desde allí no se ganan partidos, ni se reacciona a un 4-0 contundente.
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