Pacheco prolonga la apatía de la Real Sociedad

Dos goles del uruguayo Antonio Pacheco sellaron la victoria esta tarde del Albacete ante la Real Sociedad en Anoeta. Los tantos no fueron más que la consecuencia lógica de un juego superior del conjunto manchego, que dio un monumental disgusto al equipo donostiarra, que parecer no haber asimilado aún la derrota del partido de los seis minutos en el Santiago Bernabéu.

El Albacete demostró conocer muy bien las limitaciones de los donostiarras, que esta temporada en su estadio tienen muchos problemas cuando maniatan su centro del campo. Así, el conjunto que dirige José González se hizo desde el inicio dueño y señor del control del balón y dominó a placer. No tardó en hacer valer su superioridad y sólo necesitó seis minutos para que Pacheco conectara con un esférico que había quedado suelto en su zona de influencia y, de disparo muy lejano, sorprendiera a un estático Asier Riesgo que hoy se convirtió, muy a su pesar, en el protagonista del partido.

Pudo haber cambiado el signo del encuentro, lo cual no hubiera sido justo, al borde del descanso cuando Igor Gabilondo culminó uno de los pocos ataques bien conducidos por los locales y el meta Gaspersic atrapó el balón en la misma línea de gol. Los aficionados reclamaron que la pelota había entrado en la portería, pero Daudén Ibáñez no lo entendió así. Amorrortu, convaleciente de un proceso gripal pero presente en el banquillo, trató de arreglar el desaguisado y mandó a calentar a Asier Riesgo y a Gari Uranga para dar mayor mordiente a su ataque, pero no tuvo tiempo para poner en práctica su estrategia porque, en el minuto 48, Pacheco se aprovechó de un garrafal fallo de Riesgo, que dejó franco el camino del gol al delantero del Albacete.

El equipo albaceteño siguió con su exhibición de juego hasta el final del partido y en múltiples ocasiones puso en jaque a la bisoña defensa blanquiazul, que no podía frenar a su rival en las acciones a balón parado. Pudo marcar todavía en el segundo periodo el conjunto de La Mancha un tercer tanto, en un remate enviado al palo por Redondo.