El Zaragoza también gana en Riazor

El Depor ha sumado su tercera derrota de la temporada en su estadio, al perder por 2-3 ante el Zaragoza, en un encuentro en el que al conjunto aragonés le bastó la verticalidad del brasileño Savio y los errores defensivo del conjunto gallego para asaltar, el antaño fortín de Riazor.

Suele quejarse el técnico del Deportivo, Javier Irureta, de la falta de un jugador de banda que permita a los gallegos abrir las defensas rivales, algo que, sin duda, no puede hacer su homólogo Víctor Muñoz, que cuenta en la persona del brasileño Savio Bortolini con un auténtico estilete. El ex jugador del Real Madrid se convirtió con su velocidad y regate en una auténtica pesadilla para la zaga local, que sucumbió a cada nueva ocurrencia del brasileño, que se hizo desde un primer momento dueño y señor de la banda izquierda.

Precisamente de una internada de Savio llegó a los quince minutos de juego la primera gran oportunidad para el Zaragoza, que vio como Villa a puerta vacía era incapaz de aprovechar el despeje de Molina a un tiro del extremo brasileño. Más dificultades muestran los jugadores de banda del Deportivo para desbordar a sus rivales. Ni Luque, por la izquierda, ni Munitis por la derecha causan el mismo pavor que Savio a las defensas, circunstancia que lastra el juego de los gallegos, cada vez más supeditados a cualquier invención, del hoy intermitente Valerón.

Chispazos como el que el canario protagonizó a los diecinueve minutos con un pase hacia atrás dentro del área que Munitis estrelló en un defensa del Zaragoza cuando todo parecía dispuesto para el gol. Una atención defensiva que se echa también en falta en el otrora inexpugnable Deportivo, como se pudo comprobar en el gol aragonés, proveniente de un error en la salida de balón de Pablo Amo, que cedió la pelota al zaragozista Cani, para que este tras combinar con Oscar pusiera el 0-1 en el minuto 35 con una soberbia vaselina.

Un error que se encargaría de enmendar el propio central madrileño nada más iniciarse la segunda mitad, en el minuto cuarenta y nueve, al convertir un centro desde la banda derecha de Munitis en el tanto del empate del Deportivo (1-1) con un perfecto cabezazo. Gol que sirvió de inicio a la remontada del conjunto gallego, que con Fran sobre el terreno de juego ganó en calidad, virtud de la que anda sobrado Valerón, que dejó un perfecto balón para que Luque pusiera a los cincuenta y un minutos el 2-1 para los locales.

Pero este Deportivo parece empeñado en sepultar el mito de Riazor, donde en campañas anteriores raro el rival que lograba puntuar, concediendo el empate (2-2), en el enésimo error defensivo de la zaga local en lo que va de temporada, en una intranscendente falta cabeceada por Milito. Errores que costaron al Deportivo también el definitivo 2-3, en un balón cruzado que dejó sólo a Cani dentro del área, que volvió a sortear a Molina con una vaselina que se encargaría de remachar a las redes Villa en una dudosa posición.