Román vuelve a ser Riquelme
El Villarreal gana al Middlesbrough (2-0)
Se esperaba con inquietud a Hasselbaink, que había amenazado con abandonar el campo si sufría insultos racistas, pero el que apareció fue Riquelme, el más lúcido de un partido difícil y que supo manejar todos los conceptos del juego. Metió la pausa cuando fue necesario, buscó las paredes para romper la defensa rival, dio pases imposibles, movió el balón y lo escondió para que no lo encontraran los ingleses y siempre apareció cuando más dudas tenía su equipo. Cuando abandonó el Barcelona pidió que en su camiseta pusiera Román en vez de Riquelme porque había perdido confianza y quería iniciar una nueva etapa en su carrera. Con actuaciones como ésta, Román vuelve a ser Riquelme.
El Villarreal se ha quedado sin delanteros para la UEFA, sólo tiene a Guayre, más mediapunta que atacante, pero conserva a Riquelme, un futbolista que cuando tiene ganas y juega sin presión tiene una lucidez maravillosa y es capaz de decidir un partido por sí mismo. El Middlesbrough se presentó en El Madrigal para buscar el empate, dejó a Hasselbaink en el banquillo, cerró los espacios en torno a Schwarzer y dejó todo su poder ofensivo en los pies de Job y de Zenden, el mismo que vagó por el Camp Nou hace unos años.
La conservadora táctica le sirvió a los ingleses durante la primera media hora, pero Riquelme no perdió nunca la paciencia y tocó para un lado y para otro hasta que encontró un hueco por el que meter un balón imposible para la mayoría. Con la misma tranquilidad con la va por el pasillo de su casa, el argentino rompió con un pase la defensa del Middlesbrough y dejó a Guayre en una condición inmejorable para marcar. El canario no falló y El Madrigal volvió a rendirse a la genialidad de un argentino que no encontró comprensión en Barcelona y ha recuperado la confianza en tierras castellonenses.
El técnico británico, Steve McLaren, necesitó toda la primera parte para darse cuenta de que su planteamiento sólo le podía conducir a la derrota. Dio entrada a Hasselbaink y Viduka y el partido cambió. Se volvió más abierto, Riquelme perdió presencia porque se quedó sin el balón, y el Middlesbrough comenzó a poner a prueba a la defensa del Villarreal, una de las más seguras de la UEFA. Los ingleses convirtieron el encuentro en uno típico de la Premier, sin tregua, con muchos espacios y llegadas continuas al área.
El Villarreal sufrió para mantener virgen su portería, pero con oficio y algo de fortuna salió airoso del trance. Y apareció Riquelme para tirar una pared con Javi Venta en el borde del área y dejar al lateral solo delante de Schwarzer. Con la habilidad de un delantero, Venta, que completó una gran actuación, batió por alto al portero australiano y el choque cambió de dueño. El Villarreal recuperó el balón, bajó el ritmo al partido y los ingleses ya no encontraron la forma de hacer daño. En el cuerpo a cuerpo el Middlesbrough tuvo sus opciones, pero cuando llegó el momento de jugar al fútbol el equipo de Manuel Pellegrini fue mejor.
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