El Sevilla pincha en Soria (2-1)

Se cumplió el tópico. Nuevo entrenador victoria segura. Aunque Máximo Hernández no pudo sentarse en el banquillo local por no estar tramitada su ficha. Es igual, si con aciertos no se consiguen las victorias pueden venir por fallos ajenos y de esos, en este encuentro han sobrado, sobre todo para los porteros.

Para evitar los 6 grados de Los Pajaritos, los futbolistas han decidido correr. Por eso la primera parte ha resultado muy movida en cuanto a ocasiones y dominio. Comenzó atacando el Sevilla: Aranda falló a los 4 minutos una ocasión solo frente al portero.

Pero el Numancia no quiso hacer uso de su condición de colista y se quitó pronto los complejos. Moreno de falta y Tevenet desde dentro del área presentaron la artillería soriana. Controlaban el juego pero las ocasiones llegaban, paradójicamente, siempre a la contra.

El árbitro, desapercibido: pocas patadas y poca polémica. Tan solo Baptista pidió tímidamente un penalti en la recta final del primer tiempo. Mucha intensidad, pero ningún gol en los primeros 45 minutos.

En la segunda continuó dominando el Sevilla. Tocando y tocando pusieron a prueba a un inseguro Juanma en un par de ocasiones. Y tanto fue el cántaro a la fuente que en un rechace, el guardameta soriano intentó un extraño "regate" al debutante sevillista Puerta que aprovechó para dejar el pié y marcar el gol tonto de la jornada. Jarro de agua helada para el Numancia.

Quedaban poco más de 25 minutos y todo hacía pensar que el partido acabaría como siempre para los castellanos. Pero no. El fútbol no es una ciencia y cuando peor las pintan un corner puede cambiar la historia. Esteban acababa de lucirse mandando un chutazo que buscaba la escuadra de los de Nervión. El lanzamiento de esquina se paseó por el área pequeña hasta que encontró la cabeza de Osorio, quien marcó a bocajarro. Con este gol en Numancia se vino arriba y en estas ocasiones, a falta de buen fútbol, queda la heroica, es decir: colgar balones a la hoya.

Y eso fue lo que quería hacer el central Antonio González cuando marcó, para su sorpresa, el 2-1 definitivo. Sacaba una falta desde su campo, el balón botó una vez y mientras nadie entraba al centro, Esteban firmó la cantada de la 11ª jornada (y quien sabe si la de la liga 2004/2005) Con este final épico los sorianos estrenan a Máximo Hernández como entrenador con victoria, que ya se iban olvidando de cómo era eso de ganar.