El Barcelona vence sin dificultades al Sevilla (2-0)
El Camp Nou recibía a su equipo ansioso de repetir el buen fútbol que practicó el final de la temporada pasada. Pese a la caída de la convocatoria del ídolo culé Ronaldinho, el marco de festejos con la Diada Nacional y el ofrecimiento a la afición de la recién conseguida Copa de Catalunya hacían presagiar un buen espectáculo sobre el césped. Para empezar, con sólo un minuto de juego cumplido, el brasileño Motta tuvo que abandonar el campo por lesión y modificar los planes de inicio de Rijkaard, que dio entrada a Gerard. Los primeros momentos del partido fueron un reflejo directo de los estilos de juego que representa cada equipo. El Sevilla apostaba por la disciplina defensiva y la solidez desde su campo para nutrir de balones a Baptista y Aranda, mientras, el Barcelona buscaba encontrar la misma fórmula que tan buen resultado le dio en la primera jornada contra el Racing de Santander: pases rápidos y juego directo buscando la velocidad del tridente formado por Larsson, Giuly y Eto'o.
Bajo la intensa lluvia de la ciudad condal, las imprecisiones cerca del área eran el denominador común en ambos conjuntos. Solamente un par de envíos sobre los delanteros del Barcelona se llegaron a culminar con disparos sobre la puerta defendida por Esteban. La ocasión más clara que hizo levantarse a la grada del Nou Camp fue un lanzamiento de falta de Rafael Márquez que el guardameta tuvo que repeler a corner. El último tercio de la primera mitad seguía por el mismo camino de dominio blaugrana, salvo una caída de Aranda en el área barcelonista que el ex delantero del Villarreal reclamó como penalti. En el minuto 34, en una más de las elaboradas jugadas del Barça, un impresionante pase de Xavi dejó a Giuly libre de marca para resolver ante Esteban, uno a cero y el 'cuadernillo' de Rijkaard sigue funcionando.
La diferencia en el marcador curiosamente no hizo cambiar el planteamiento de ninguno de los dos entrenadores. Caparrós seguía teniendo sus mejores armas sobre el campo para aprovechar las bandas con Alves y Fernando Sales, muy atascados en los primeros cuarenta y cinco minutos. Por parte del Barcelona, antes del descanso pudo incrementar su cuenta con un empalme de Larsson tras un buen pase largo.
La segunda mitad comenzó como una nueva oportunidad del Sevilla para recuperarse de la decepcionante imagen de la primera parte. En un principio lo consiguió ya que la entrada de Jesuli por Alves, y el paso de Fernando Sales a la banda derecha hacían mucho más racional la presión de los sevillistas sobre la defensa catalana. Pero para hacer daño al Barcelona hacía falta hago más que intenciones y pronto el mediocampo de Rijkaard volvió a tomar el control del partido, aún más con la entrada de Andrés Iniesta por el goleador Giuly. Precisamente una aparición del Sub-21 español con un gran pase a Eto'o pudo resolver el encuentro si el camerunés no hubiese disparado muy por encima del larguero.
El Sevilla, muy desfigurado, seguía sin crear peligro directo sobre la portería de Valdés mientras que el Barcelona permanecía tranquilo conocedor de sus posibilidades para ampliar el marcador. Y así fue, un centro medido de Deco lo remató el sueco Larsson tras un posible empujón sobre el defensa andaluz, sin embargo el colegiado Velasco Caballo no lo estimó como falta. Salvo grandes sorpresas el partido estaba roto: Caparrós había realizado los tres cambios que no revolucionaron lo esperado y el Barça continuaba escribiendo su guión a base de toque en corto y fútbol de ataque. Tanto es así que otro magnífico pase de Xavi a Eto'o estuvo a punto de convertirse en el tercero si la defensa sevillista no hubiese salvado en la línea de gol. Las ocasiones blaugranas se sucedían gracias a la calidad de Iniesta y el Sevilla sólo era un juguete en manos del equipo de Rijkaard. Sólo antes del pitido final la aparición sobre el césped de un espontáneo fue el borrón de un gran partido del Barcelona.
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