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Bobby Fischer planea casarse con una japonesa para evitar la extradición a EE UU

Miyoko Watai, de 59 años y presidenta de la Asociación Japonesa de Ajedrez, asegura que mantiene una relación secreta con el estadounidense desde 1973

El ex campeón mundial de ajedrez Bobby Fischer, que se encuentra detenido desde el mes pasado en Japón por el uso de un pasaporte estadounidense invalidado, ha anunciado hoy a través de su abogada que se casará con la presidenta de la Asociación Japonesa de Ajedrez, Miyoko Watai. Si la boda llega a realizarse, Fischer podrá acceder a la nacionalidad japonesa y evitar así la extradición a su país natal, donde podría ser condenado a 10 años de prisión por violar el embargo que pesaba sobre Yugoslavia en 1992.

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La directiva y futura esposa de Fischer tiene 59 años, y según ha explicado en un comunicado, la relación con el legendario ajedrecista de 61 años, a quien conoció en 1973, ha sido mantenida en secreto "aún de los amigos más cercanos". Según Watai, "dadas las circunstancias" "no es posible continuar" ocultando la relación.

Según la agencia de noticias local Kyodo, algunos detalles legales para formalizar la unión se encuentran en el aire, ya que aún no se sabe si la pareja podrá presentar los documentos exigidos para la boda al depender algunos de ellos de la embajada de Estados Unidos en Tokio. La legación diplomática estadounidense en Japón ya se ha negado a iniciar el proceso legal para aceptar la petición de Fischer de renunciar a su nacionalidad norteamericana.

Entre las personas buscadas

Fischer se encuentra en una lista de personas buscadas por Estados Unidos desde 1992, el deportista se saltó el embargo decretado contra la antigua Yugoslavia para disputar varias partidas con su viejo rival Boris Spassky. El viaje le supuso grandes ganancias, pero le convirtió en un proscrito dentro de su propio país.

El pasado 13 de julio, tras pasar cerca de tres meses en Japón, Fischer se disponía a viajar a Filipinas cuando fue puesto bajo custodia de las autoridades de inmigración japonesas en el aeropuerto de Narita (Tokio) por usar un pasaporte que Estados Unidos había invalidado el año pasado.

Fischer ha sido trasladado a una prisión para detenidos de larga duración y su defensa espera que sea considerado por la Alta Comisaría para los Refugiados de la ONU como una persona sin nacionalidad que pueda ser acogida por un tercer país.

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