Grecia jugará la final de la Eurocopa tras vencer a la República Checa (1-0)
Grecia y Portugal, después del partido inaugural, volverán a verse las caras en la Eurocopa: será el domingo, en la final. El conjunto heleno ha vencido a la favorita, la República Checa con el fatídico gol de plata, tanto conseguido en el último minuto de la primera parte de la prórroga.
¡Qué pena de partido! ¡Qué pena de fútbol! En definitiva, ¡qué pena de Eurocopa!. Después de no haber hecho nada en todo el partido, Grecia se lanzó al ataque en la primera parte de la prórroga. Tuvo varias ocasiones claras, pero Cech estuvo en su sitio mientras pudo. En el descuento, Dellas remató de cabeza un saque de córner de Tsartas y marcó ante el desconcierto checo. Un despiste que ha vuelto a recompensar la mediocridad de Grecia.
La final, Portugal-Grecia. ¿Quién lo hubiese adivinado? Por el bien del fútbol, aunque tampoco sean los más adecuados para hablar de buen juego, los lusos deben ganar esta Eurocopa.
La República Checa también ha caído en el embrujo griego. En aquel estado futbolístico en el que el espectáculo se esconde para beneficiar al aburrimiento. Sin embargo, el conjunto de Bruckner salió a por todas. Rosicky mandó el balón al larguero cuando sólo se habían disputado 3 minutos. Un aviso al que dio continuidad en el 6 Jankulovski. Esta vez su disparo lo rechazó Nikopolidis, punto flaco de Grecia que hoy está cumpliendo a la perfección.
Pasaban los minutos y la mano de Rehhagel, el seleccionador de Grecia, comenzaba a notarse. Una República Checa inoperante en ataque y sufriendo ante el empuje griego. Tal fue la presión que Vryzas estuvo a punto de marcar el primer tanto del encuentro. No llegó al balón por milímetros, pero puso el corazón de la afición en un puño. En los minutos finales se vio un atisbo de recuperación en los checos. Jankulovski, el mejor de su equipo, volvió a enganchar un buen disparo. Pero Nikopolidis se mostró intratable en todo momento y despejó a corner. Nedved tuvo que retirarse en el 43 por lesión. Smicer entró en su lugar, aunque su alineación suscita dudas. La República Checa esperaba no tener que acordarse de la malograda estrella de la Juventus.
Penalti a Koller
No siempre querer es poder. Y sino que se lo pregunten a la República Checa. Lo han intentado una y otra vez pero la hazaña parece imposible. En el 51, el colegiado no quiso ver un claro penalti a Koller, que no pudo rematar debido a un claro agarrón de Dellas. Los de Bruckner atacaban pero la defensa griega no se complicaba la vida y despejaba sin problemas. Lo intentó Poborsky, y Smicer, y otra vez Koller. Nada de nada. Como en la primera mitad, el empuje checo se fue reduciendo en favor del fútbol de Grecia. Sin apenas ocasiones, el partido entró en su tramo final con un claro olor a prórroga.
La República Checa soltó su último aliento con varias jugadas claras. La primera de Koller tras una serie de paredes con Rosicky (la mejor jugada del partido). La segunda, tras una sensacional jugada personal de un desaparecido hoy Milan Baros. Y nada. En el descuento, Grecia se acercó a la portería de Cech con un remate de Giannakopoulos. Sin peligro, pero que hizo tambalearse a toda la afición. La prórroga decide.
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