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Crónica:España 1- Grecia 1 | Eurocopa 2004
Crónica
Texto informativo con interpretación

España se estropea

Decepcionante partido de la selección, que esta vez no encontró la solución en los cambios de la segunda parte

España mandó al limbo la euforia con un empate 1-1 que supo a derrota frente a los guerreros helenos, que resucitaron a tiempo de puntuar y complicarle la vida a los de Sáez en el Grupo A.

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Partido duro, tosco. Como si fuera en Salónica pese a la ventaja de la mayoría de afición, gallega, principalmente, y real, con la presencia en el palco de Don Juan Carlos. Pero la conectividad de España, en una acción crucial de Raúl que culminó Morientes casi a la media hora, le dio a los de Sáez ventaja en el encuentro al descanso. Ese remate seco y triunfal del subcampeón de Europa, después de un lindo taconazo de su mejor amigo, fue lo más explosivo de una primera parte guerrera. A la habitual dureza griega se le sumó el intenso calor de Portugal, una hora menos (¡Cómo se presentan los Juegos de Atenas si la chicharra aprieta!), y un duelo trabado ante un rival poco amable.

El mérito de España, que repitió once titular para sorprender (y lo consiguió), fue su constancia y su mayor calidad para asegurarse el tesoro, la pelota. Sin maravillas, sin excesos, aunque con autoridad. Pese al acoso final de Vryzas sobre la portería de sombra, la de Iker.

Aunque, pues sí, se echó de menos el criterio de Xabi Alonso en la distribución, o el virtuosismo de Valerón donde más calienta. Lo que hizo Sáez sacando a la misma tropa inicial que frente a los rusos fue reafirmar que tiene mimbres suficientes, pero que muere con su idea. Por lo menos se lo cree. Conclusión: Aunque jueguen los mismos, no se perderá esta Eurocopa por la ausencia de banco como perdió el Madrid lo que perdió esta temporada.

Joaquín, pero también Tsartas

En la segunda parte, Sáez tiró de ingenio, con la entrada de Joaquín por Etxeberría. Lo mismo que Rehhagel, con Tsartas y Nikolaidis. Y pronto decidó la calidad del ex sevillista. Si antes Joaquín había desbordado bien por banda (dice Lopera que es un futbolista de 30 millones de euros), Tsartas cruzó la cara al rival con un pase en diagonal que enganchó Charisteas para empatar. El efecto Valerón, que ingresó en el campo segundos antes, no fue, en esos momentos, como la noche de Rusia.

De hecho, Sáez se mostró timorato. Con España metida en el área griega, al borde de marcar (cabezazo de Helguera, empalme de Valerón), todos pedían a Torres en el campo. Pero nunca por Raúl, sino por un mediocentro o, incluso, un central. El temor a perder, que existía, se cortó como un cuchillo sobre el ambiente y todo acabó en un empate con mucho peligro para la clasificación final.

Pese al penalti casi al final a Baraja, agarrado con tanto descaro que el árbitro 'pasó', España ha pasado del 1 a la X. Y contra Portugal podría haber un 2... Entonces, a casa.

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