El Atlético echa de menos a Torres y firma un empate soporífero con el Deportivo

Atlético y Deportivo protagonizaron un mal encuentro en el Vicente Calderón, que concluyó con un empate a cero que sirve de poco para las aspiraciones ligueras de ambos equipos. Sin mordiente en ataque, el Atlético dominó y llevó la batuta del encuentro, pero fue un acoso insulso y fácil de deshacer por un Deportivo con una alarmante falta de ambición.

El Atlético echó en falta a Fernando Torres, ausente por sanción. El Niño es, sin duda, el alma del equipo rojiblanco, que se pierde sin su concurso. Sin él, no hay gol en los locales, que no saben crear con su ausencia en el campo. Gregorio Manzano apostó por la cantera y sacó en su lugar a Javier Arizmendi. El chaval no lo hizo mal y con sólo 19 años se mostró solvente como compañero en el ataque del griego Demis Nikolaidis. El internacional sub-21, que debutó con el primer equipo en el Vicente Calderón (ya lo había hecho unos minutos en Barcelona) buscó el desmarque y pidió con descaro el balón, que trató y protegió bien cuando lo tuvo.

Es una apuesta personal del técnico Manzano, los mismo que Toché y Gabi, otros dos futbolistas del filial que también estaban convocados. El Deportivo no escondió sus cartas y dejó a las claras que su pensamiento estaba en el partido de Liga de Campeones ante el Juventus de Turín. Por eso Irureta dejó en el banquillo a César y puso en su lugar a Romero como central, y optó por un equipo más defensivo, con Fran en el banquillo.

Al Depor, que se jugaba la vida en el envite, pues en él estaba el seguir enganchado al tren del título, le faltó ambición. Llegó a Madrid a hacer el mínimo esfuerzo y dio por bueno el empate. Sin duda, Irureta transmitió a los jugadores la necesidad de no agotar fuerzas ante la dura semana que se le avecina.

La indolencia del Depor

La falta de efectividad rojiblanca no provocó que el Deportivo apretase el acelerador. Jugaron los gallegos con una indolencia incomprensible, como si nada o poco estuviese en juego. El cambio de Fran por Valerón (que jugó en el Calderón por primera vez con una camiseta distinta a la del Atlético) no hizo más que confirmar los planes de Irureta, que cambió el sistema inicial al 4-4-2 tradicional. Sin embargo, el Depor es letal cuando quiere. Así lo demostró en la segunda mitad, en la que Diego Tristán desperdició tres ocasiones de oro para marcar. En las tres, el delantero falló cuando lo más fácil era marcar. El lógico empate final no satisface las necesidades de ambos. El punto sigue dejando al Atlético fuera de los puestos europeos y el Deportivo continúa instalado en su confortable tercer puesto, pero lejos aún de los dos primeros clasificados, Valencia y Real Madrid, únicos equipos que parecen realmente aspirar al título.