El Alavés y el Zaragoza empatan a un gol en la ida de la semifinal de Copa

Un gol de Savio casi en el tiempo añadido ha puesto al Zaragoza en la senda de la final de Copa y ha despertado al Alavés de un sueño que comenzaba a hacerse realidad. Fueron mejores los vitorianos, pero una acción aislada de los visitantes les obliga a ganar en la vuelta si quieren estar en la final.

El Alavés se siente a gusto en la Copa y eso se le nota en los partidos. El conjunto que entrena Pepe Mel recuerda por su solidez y oficio al que llegó a la final de la UEFA y en su estadio de Mendizorroza han sufrido todos los equipos de Primera que han pasado esta temporada por él.

El Zaragoza ha sido uno de ellos, pero gracias a David Villa y a Savio ha salido vivo de Vitoria y ha puesto la eliminatoria de su lado. Excesivo premio el empate para los méritos exhibidos por los zaragozanos.

Este Alavés sabe a lo que juega y ha vivido el encuentro casi sin apuros, salvo el tramo final, y el Zaragoza se ha movido al ritmo que han querido los de Mel. Por momentos, el Alavés parecía de Primera y el Zaragoza de Segunda, una situación que se vivía hace un año.

Movilla y Dani

El Zaragoza, que acostumbra a transformarse para bien en la Copa, se pareció al de la Liga y sufrió lo suyo por ello. No fueron titulares ni Movilla ni Dani y cuando salieron al campo tampoco mejoraron a su equipo.

Vucko alimentó muy pronto el sueño del Alavés con su gol y comenzó a poner de cara una eliminatoria que ha quedado totalmente abierta y se decidirá en La Romareda. El equipo que entrena Mel lo controló todo menos a Savio, que apareció cuando más falta le hacía a su equipo, como hacen las estrellas.