Kovacevic da la victoria a la Real Sociedad ante el Olympiakos (1-0)
El Depor deja vivo al AEK y Tsartas aprovecha la situación (1-1)
La Real Sociedad ha iniciado con buen pie su andadura en la Liga de Campeones al ganar, con gol del yugoslavo Darko Kovacevic, a un mediocre Olympiakos que sigue arrastrando una pésima estadística, ya que no conoce la victoria en Champions fuera de su feudo en todas sus participaciones.
Los donostiarras pagaron de inicio su falta de madurez en esta competición, comenzaron muy nerviosos, a merced de un Olympiakos que hacía daño en sus llegadas por la banda izquierda y que provocó el primer susto a la nutrida afición blanquiazul a los seis minutos de juego en un acción individual del ex-barcelonista Giovanni abortada en la línea del área grande.
El único gol del partido vendría en el minuto 79 cuando Kovacevic fue trabado dentro del área de forma muy inocente y el ariete serbio no desaprovecharía la ocasión al transformar él mismo la pena máxima que permite sumar los tres primeros puntos a los realistas.
En Atenas hubo empate
El Deportivo de La Coruña estuvo muy cerca de derrumbar el muro ateniense, lo tuvo todo a favor para iniciar la Liga de Campeones con un triunfo, pero no supo dar la puntilla y se aprovechó de ello el hombre de más clase del AEK para empatar a cuatro minutos del final y firmar el 1-1 definitivo, un resultado al que parece abocado el cuadro gallego en la capital griega.
El equipo de Javier Irureta, en vez de aprovechar su superioridad en el marcador y en las botas de sus futbolistas, dejó crecer a un AEK muy limitado pero muy animoso y lo pagó con unas tablas que, sin ser del todo malas, son bastante peor resultado que un triunfo que estaba casi en la mochila deportivista.
Y es que el cuadro del serbio Dusan Bajevic demostró que, con sus deficiencias y recursos de no muy elevada envergadura, nunca se rinde. En la pasada edición de la Liga de Campeones se despidió sin perder un solo partido. Empató los seis de la primera fase.
En la primera mitad y en el inicio del segundo periodo el Deportivo dio la sensación de que se podía llevar el encuentro cuando quisiera. Sin embargo, comenzó a perder el balón y, por lo tanto, el sitio.
El trabajo, el coraje y el empuje de los correosos griegos comenzó a generar problemas al Deportivo. Irureta intentó dar algo más de sobriedad con Duscher, introdujo a Tristán para reemplazar a Luque y hasta dio entrada a Scaloni por un Pandiani que había trabajado con una buena nota. No le dio sus frutos. Los griegos empezaron a creer en sí mismos.
El AEK era ya un derroche hacia delante y el Deportivo no podía hacerse con el balón para protegerlo y, luego, desplegarlo con la precisión suficiente para sentenciar a la contra. Su única vocación era tratar de frenar las acometidas como podía.
No lo consiguió, porque el esfuerzo de los griegos, con un público enfervorizado, encontró el fruto en un remate de Tsartas que se coló por debajo de Molina a cinco minutos del final. Fue el castigo para un Deportivo que está 'condenado' a empatar a un gol en Atenas y que no supo aprovechar su superioridad y el tenerlo todo de cara. Un resultado, por lo tanto, que puede saber a poco.
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