El Madrid, segundo tras imponerse (3-0) al Sevilla

El Real Madrid se ha colocado segundo en la tabla -por delante del Valencia, al que recibirá el domingo- tras imponerse (3-0) al Sevilla en su cuarta victoria consecutiva. El partido aplazado por la disputa de la Copa Intercontinental ha puesto al día la Liga, ha confirmado la escalada madridista y ha demostrado que esa clase que atesoran los pupilos de Vicente del Bosque les da un plus añadido para deshacerse de rivales.

Ante el Sevilla ha solventado el compromiso con un magnífico pase de Luis Figo rubricado por el insaciable Raúl González (m.9) y por un espectacular empalme del brasileño Flavio Conceicao (m.29). El 2-0 al descanso se ha visto acompañado por una serie de bellas acciones, de jugadas de alta escuela que no se vieron reflejadas en el marcador gracias al portero Antonio Notario, el mejor de su equipo.

El cuadro de Joaquín Caparrós tan solo ha amagado en el inicio del encuentro en un par de aproximaciones. Luego su orden y ralentización por parte del mexicano Torrado y Casquero ha sido insuficiente para frenar esa máquina intermitente de hacer fútbol que es el Real Madrid.

Al Sevilla, que había enlazado dos victorias en los campos del Barcelona y del Rayo Vallecano, se le ha complicado aún más la vida en el inicio del segundo tiempo. Una fea acción de Pablo Alfaro que mandó a Míchel Salgado al vestuario tuvo su continuación con otra de Javi Navarro sobre Ronaldo, y el colegiado, tras consultar con un auxiliar, expulsó al futbolista del cuadro andaluz (m.50).

El Sevilla, no obstante, se ha resistido a morir, más que nada porque el cuadro madrileño parecía más que relajado, y José Antonio Reyes (m.57) y Marcos Vales (m.73) han estado a punto de aprovecharlo (m.57) pero fallaron y sus ilusiones de milagro se desvanecieron.

Con diez jugadores el conjunto de Caparrós capeaba mejor la adversa situación, pero esa diferencia de calidad puso en bandeja la sentencia, ya que en la jugada siguiente a la que Marcos Vales no supo batir a Iker Casillas Zinedine Zidane remachó una embarullada internada del brasileño Ronaldo en su acción más determinante del choque.

Sin hacer nada del otro mundo, con momentos puntuales de brillantez y eficacia, el Real Madrid pudo haber goleado con más contundencia si cabe, pero se conformó con no hacer más sangre a un Sevilla que no tuvo capacidad de reacción auténtica para sacar algo del Bernabéu, un feudo que sigue siendo más que adverso en la historia del club hispalense.