La efectividad refuerza al Barça
Al Villarreal, que contaba sus visitas al Camp Nou por victorias (dos de dos), el partido de anoche le sonrió hasta entrado el segundo acto. A partir de una zaga de tres centrales y poblando la divisoria, fue laborando con el
viento a favor por un gol de Víctor, infalible en sus visitas al estadio azulgrana. Los centrales defendieron mal la jugada y el pequeño ariete dejó de nuevo constancia de su puntería al cuarto de hora de juego. El gol destempló a los azulgrana, que se perdieron de mala manera en el campo.
No había manera de encontrarle el hilo a la contienda, y el equipo de Rexach estuvo a punto de conceder un segundo tanto. La noche tenía muy mala pinta para los barcelonistas hasta que aparecieron los de costumbre: Puyol, Luis Enrique y Saviola. El pibito, que tuvo un mal día contra el Real Madrid, habilitó con un toque celestial a Luis Enrique, que no perdonó ante el portero.
El empate serenó al Barcelona y dejó fuera de escena al Villarreal, que encajó un gol detrás de otro hasta contar cuatro finalmente, el último de ellos firmado por Saviola; el segundo por Motta, cada vez más entonado, aunque en la
jugada los visitantes reclamaron falta al portero; y el tercero por Kluivert, que no marcaba desde el 24 de marzo, justo después de anunciar que iba a competir por el pichichi de esta temporada.
Al Villarreal no le quedó otro remedio que arriesgar, y con los cambios Víctor Múñoz abrió el terreno para las entradas de los azulgrana. Una vez resuelta la contienda, Rexach fue refrescando al equipo.
Uno de los sustituidos fue Luis Enrique, que arrastra problemas musculares y es seria duda para el partido del miércoles en el Bernabéu correspondiente a la vuelta de la Liga de Campeones. El público azulgrana respiró finalmente aliviado y sus reproches a los futbolistas, especialmente a Christanval, se tornaron en aplausos.
Zanjado el partido, la gente azulgrana se apasionó con el marcador electrónico y los resultados de Mestalla y Anoeta, del Valencia y el Madrid. Al Barcelona, sin embargo, le preocupa sobre todo el Celta y el Betis, sus rivales para alcanzar una plaza en la próxima edición de la Liga de
Campeones, un objetivo menor.
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