El Betis denunciará a los 'ultras' del Sevilla que ocasionaron destrozos en su estadio

El Consejo de Administración del Betis ha informado esta tarde que tomará acciones legales contra los responsables de los daños ocasionados en el estadio Manuel Ruiz de Lopera el pasado sábado durante la celebración del derby contra el Sevilla, partido que acabó empate a cero.

El club bético basará su denuncia en las grabaciones obtenidas por el servicio de seguridad del club y por la policía, "no haciendo al Sevilla FC como entidad deportiva ni a su digna afición responsable de los daños ocasionados por una minoría". Esa responsabilidad está "en los seguidores más radicales del Sevilla".

El importe de los deterioros en las gradas que ocupaban los aficionados sevillistas más violentos, los Biris, han sido valorados en más de 60.000 euros. Además, esa zona ha quedado inutilizada para el resto de la temporada.

Además, antes del partido se lanzaron bengalas —que están prohibidas en un campo de fútbol— entre aficionados y al campo.

Ante los hechos ocurridos el sábado la entidad verdiblanca ha indicado que se planteará en próximos derbies la conveniencia de emitir o no entradas de zonas especiales para albergar a los seguidores sevillistas más violentos, una medida que, según el vicepresidente del Sevilla, José Castro, también estudia su club para los ultras verdiblancos. "Es una posible solución" para evitar que se repitan los incidentes, ha dicho Castro.

"Estos vándalos, tanto en un lado como en otro, lo que hacen es destrozar los campos", según el vicepresidente sevillista. "Lo que no podemos seguir es viendo a gente con sangre y con golpes, y que unos y otros se esperen para pegarse, creo que damos una imagen lamentable", ha agregado.

A la llegada de los hinchas sevillistas al campo el pasado sábado se produjeron pequeños incidentes, que se saldaron con algunos heridos leves por el lanzamiento de objetos entre aficionados de ambos equipos.

Poco antes del inicio del derbi, seguidores sevillistas arrancaron numerosos asientos y los arrojaron a los aledaños de la zona acotada que ocupaban —la tribuna alta de una de las esquinas del gol norte—, a lo que respondieron algunos béticos lanzando también sillas al área reservada para los hinchas del Sevilla.

Además, durante el partido, un grupo de los 600 aficionados del Sevilla que ocupaban su zona acotada incendió un gran número de sillas, lo que obligó a la intervención de una dotación de bomberos que sofocó el fuego. Por último, tras pitar el árbitro el final del encuentro, decenas de aficionados béticos se lanzaron al césped, aunque ningún jugador del Sevilla fue agredido.