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Golpe de mano del Mallorca

Un gol de Eto'o le da un valioso triunfo al equipo balear en el campo del Schalke 04

El Mallorca se hizo mayor anoche: se llevó ayer de Alemania un extraordinario botín que le convierte en serio candidato para superar el primer corte europeo. El equipo de Bernd Krauss, que llegaba lleno de dudas y en estado depresivo tras tres partidos sin meter ni un gol, se sacudió de encima la novatada de su derrota en Grecia y arrancó tres puntos en el galáctico y ensordecedor estadio del Schalke 04. El equipo alemán atacó con ahínco y sin éxito todo el partido y al Mallorca más italiano que nunca le bastó un solitario contraataque culminado por Eto'o en la segunda parte para llevarse el encuentro y de paso eliminar a un rival directo.

Tras el batacazo de Atenas, el Mallorca se propuso no volver de vacío de Alemania y armó alrededor de Carlos Roa una impresionante coraza para seguir soñando con la clasificación. El equipo isleño cedió toda la iniciativa a los alemanes: se limitó a defender con los dientes y esperar un contragolpe de Luque, que se quedó terriblemente solo en punta. El primer tramo del partido, entre la contención de unos y la impotencia de otros, rozó el tedio hasta que el Schalke pareció despertar. Kamphuis le hizo un túnel a Nadal -Olaizola salvó un gol cantado- y Roa se lució después desviando un balón del internacional Bohme. El bagaje ofensivo del Mallorca, que nunca perdió los nervios, no existió: su primera llegada la protagonizó Luque a la media hora pero, ya en el área, se hizo un lío con el balón. Luego el camerunés Eto'o trenzó la mejor ocasión de su equipo en un contraataque al que Luque no llegó.

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Pero todo eso fue un clamosoroso oasis ante la insistencia del Schalke, que puso todo el empeño, todo el esfuerzo en buscar el gol y todo el desacierto. La grada dio los primeros síntomas de desesperación ante la impotencia de su equipo: Mpenza y Hajto, éste de una falta potentísima cometida por Eto'o, tuvieron el gol justo antes del descanso. Pero el Mallorca ha aprendido la lección: sabe que se desmorona en cuanto encaja un gol y ayer se defendió como un cosaco con su veterana defensa apoyada sobre todo en Nadal y Soler, que se hincharon a robar balones al borde del área. Y, cuando más se intuía el gol del Schalke, apareció Luque como una bala por la banda izquierda: hizo una tremenda carrera y metió un pase medidísimo a Eto'o, que se limitó a colocar la bota para batir a Reck. El Schalke, que acabó confuso y echando de menos a Andreas Möller, no reaccionó y hasta el portero Reck subió en los saques de esquina para no sentenciar -tres derrotas ya- su adiós a Europa.

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