Redolat y Estévez apuntan grandes cosas
Los dos españoles se impusieron con comodidad en sus series de 1.500, mientras Andrés Díaz abandonaba
El marroquí tampoco dejó lugar a las dudas. Se impuso en su carrera con la facilidad esperada, apenas un entrenamiento para un hombre que viene herido por su derrota en Sydney. Por las noticias que se han escuchado en los últimos días, Andrés Díaz parecía abrumado. Se quejaba de la falta de ayuda, del desinterés de los patrocinadores por él, y hablaba de una posible retirada del atletismo. No era la mejor manera de enfrentarse a las exigencias de un Mundial. Se retiró de su serie y no logró ofrecer una explicación de lo que había sucedido. Dijo que se encontraba en el mejor momento de su vida, que se sentía tranquilo, que todo marchaba bien.
¿Entonces? "No sé, en el momento de soltar el nervio, a falta de 400 metros, se me bloquearon las piernas y no pude seguir". Díaz se quedó pensativo en la pista y tardó varios minutos en acudir a la zona de prensa. "Sí, en esos momentos he pensado en abandonar el atletismo", confesó.
Redolat vio desde la cámara de llamadas la retirada de Díaz. Le sorprendió tanto que pensó en algún percance, un codazo por ejemplo, asunto bastante normal en el 1.500 y más aún en las típicas carreras tácticas de las primeras rondas. Redolat tomó nota. No quería problemas inesperados. Con la seguridad que ha adquirido esta temporada, se dejó de especulaciones a mitad de carrera.
El ritmo era sostenido, pero sólo garantizaba una muchedumbre de atletas en los últimos 300 metros. Eso significa la posibilidad de un incidente o de un error, y Redolat ha aprendido mucho de una distancia que comienza a dominar ahora.
Ya no es el hombre que consigue buenos tiempos aquí y allá, pero que no lograba descifrar los secretos del 1.500. Sus carencias quedaron al descubierto en los Juegos de Sydney, donde fue arrasado en las semifinales.
Aquello parece que pertenece a otra vida anterior. Ahora no es el 1.500 el que domina a Redolat. Es Redolat el que maneja al 1.500.
Este cambio fundamental se apreció en su manera de operar en la serie. "Quería esperar a los últimos 300 metros y aprovechar mi velocidad, pero pensé que era mejor evitar cualquier complicación, así que me fui antes". Su aceleración se produjo a falta de 700 metros, ataque poco habitual en un atleta que ha destacado por su habilidad para rematar en los últimos 200 metros. Es evidente que estamos ante un mediofondista muy diferente.
El ataque de Redolat definió la carrera y su nueva aproximación a la distancia. Venció con tanta comodidad que no lograba ocultar su satisfacción. "Bien, muy bien, mejor de lo que esperaba", declaró. No dijo nada sobre sus rivales, quizá porque todos se taparon. Sin embargo, uno de ellos no dio la impresión que se esperaba. El portugués Rui Silva no confirmó en ningún momento la autoridad que se le presumía. "¿Qué tal?", le preguntó Redolat tras la carrera. "Mal", le contestó el portugués, uno de los más temidos por los españoles.
Reyes Estévez produjo una impresión estupenda. Por primera vez en dos años, recordó punto por punto al atleta destinado a suceder a Fermín Cacho. No hay duda de sus privilegiadas condiciones para el 1.500, consagradas con medallas de bronce en los dos últimos Mundiales. Había más dudas sobre su verdadero estado de forma después de la traumática temporada anterior y de las dificultades para situarse en el mismo plano que Redolat en las últimas carreras. En su entorno se hablaba de una espléndida puesta a punto.
No se puede decir otra cosa después de lo que sucedió en su serie, lanzada por el alemán Müller. No hubo movimientos significativos hasta el leve tirón del estadounidense Lassiter. Se agitó el grupo y Estévez se retrasó hasta la penúltima posición. Desde allí evitó codazos y escogió su momento. Con la facilidad de sus mejores días, avanzó con seguridad, se colocó en primera posición y se dio el gusto de ganar la carrera sin conceder oportunidades a nadie.
Todos los síntomas apuntan, en definitiva, al protagonismo de los españoles en la prueba de más tradición de nuestro atletismo.
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