El Boca gana al Cruz Azul el primer partido de la final de la Copa Libertadores

Con este resultado, el Boca jugará los noventa minutos restantes en La Bombonera de Buenos Aires donde tendrá que suceder una tragedia para que sus hinchas no puedan conmemorar por segundo año consecutivo la copa continental.

La estrategia del entrenador argentino Carlos Bianchi en el Azteca fue la de controlar la euforia del adversario, que desde el comienzo se lanzó en la búsqueda de goles, con mucho ímpetu pero poca contundencia.

En el primer tiempo, Palencia y el paraguayo Cardozo, apoyados por Hernández y el brasileño Pinheiro, corrieron con entusiasmo, hilvanando jugadas aisladas que se diluían en los terrenos del portero colombiano Oscar Córdoba, que se exigió poco para controlar los remates que llegaron a sus manos.

Riquelme, que fue la figura dentro del terreno de juego por mantener hermético el sistema defensivo boquense, tuvo la mejor oportunidad del Boca en la primera parte, con un lanzamiento desde fuera del área.

Cruz Azul buscó siempre sorprender con velocidad, buscando quitarle el oxígeno a los campeones, que a la altura de 2.260 metros prefirieron la estrategia de restarle ritmo al partido, demorando el balón y excediéndose en las caídas por falta, lo que les valió algunas amonestaciones.

Cuando arrancó el segundo tiempo, los 120.000 aficionados que llenaron el monumental Estadio Azteca comenzaron a impacientarse y el Cruz Azul a desesperarse, mientras los argentinos hicieron gala de su experiencia para perder tiempo y enfriar el partido.

A medida que los locales acababan con sus estribos, los visitantes recuperaron el balón con más facilidad, y de nada le sirvió al técnico José Luis Trejo reforzar la ofensiva con el ingreso de Tomás Campo y Héctor Adomaitis.

Cardozo se vino abajo, el medio perdió visión y se abrieron más espacios para el Boca que, con el empate cercano, fue tomando posiciones y apocando las posibilidades del Cruz Azul hasta extinguirlas con el contundente gol de Delgado.