Corretja y Kuerten jugarán la final del domingo en París
El español no se impone al brasileño desde los cuartos de final de Hamburgo hace tres años
Los diarios de París habían anunciado que la tierra temblaría de nuevo con Grosjean, el verdugo de Andre Agassi, lanzado hacia la final (el último que lo consiguió fue Henri Leconte pero la perdió contra Mats Wilander en 1988), y todos daban como favorito al marsellés.
Pero la experiencia de Alex, subcampeón en 1998, se encargó en dos horas y dos horas 39 minutos de despertarles de su sueño, con un tenis basado en la disciplina de su juego, sobrio y sin concesiones, y en la regularidad. Alex lleva ya nueve partidos consecutivos ganados en tierra (su racha empezó con los tres de Dusseldorf), y los cinco últimos se los ha apuntado sin ceder un set.
Era el primer enfrentamiento contra Grosjean y en la pista central, pero también hace tres años supo controlar la pasión del público cuando acabó con el francés Cedric Pioline. "Hoy ha sido una victoria mental", comentó después Alex, un triunfo en el que su saque fue pieza clave al salvar seis puntos de ruptura, uno en especial en el undécimo juego del primer set (6-5). En el desempate
su experiencia fue vital para imponerse por 7-2.
La madurez de Corretja quedó demostrada cuando luego superó una desventaja de 3-0 en el segundo parcial y ganó cinco juegos consecutivos. Tuvo un punto de set en el siguiente que neutralizó Grosjean pero en el décimo Alex no perdonó.
Lanzado y sin cometer apenas errores, Corretja ganó el tercer set en 42 minutos. Unicamente le bastó "robar" el servicio de Grosjean en el tercer juego.
La mentalidad ganadora de Corretja fue similar a la que Kuerten exhibió contra Juan Carlos Ferrero en el choque por excelencia del torneo.
Parece como si el brasileño hubiera reservado sus mejores golpes para el partido de hoy contra Juan Carlos, porque el virtuosismo de Guga fue casi una constante durante todo el partido. Su selección de tiros fue exquisita y el revés, bien paralelo o cruzado, un cuchillo que se hundió en el campo del español.
La mayor virtud del brasileño es que jugó mejor cuando más lo necesitaba, cuando estuvo abajo en el primer set 4-3, y después en el tercero, cuando Ferrero dispuso de tres oportunidades para quebrar su saque en el tercer y octavo juego.
Ferrero desperdició demasiadas oportunidades y cometió más errores que el brasileño (53 por 41). Quiso ganar con la fuerza de sus golpes y se encontró con una muralla de técnica, y con un rival mejor psicológicamente que él, con un saque preciso (10 "aces") y un tenis de fondo más eficaz.
El desánimo fue siempre la característica del valenciano, porque todo lo que intentaba acababa en fracaso. Los cinco juegos que perdió de forma consecutiva, del 4-3 del primer set al 2-0 del segundo, fueron un duro revés que luego le pasaría factura.
Con esta derrota, Ferrero ve dos sueños hechos añicos. Si hubiera ganado hoy se había convertido en número uno del mundo y con opciones de obtener un torneo que parece reservado para él en un futuro, siempre y cuando "Guga" no baje de nivel.
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